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El ‘brain rot’ ya no es una broma: esos vídeos extraños que no puedes parar de mirar en Instagram son un negocio
ElDiario.es – Juanjo Villalba – 23 de abril de 2025
«Brain rot» – un «cerebro podrido» es tanto un tipo de vídeos en las redes sociales como un estado mental, elegido como palabra del año 2024 para la Oxford University Press.
[Estos vídeos virales] No tienen nada que ver con una parodia, resultan confusos y grotescos, pero están generando mucho dinero para sus creadores. Se trata de uno de los tipos de contenido que hoy en día consigue más reproducciones en Instagram, la red social de Meta, sin apenas límite ni moderación.
Hablamos del fenómeno “brain rot” —literalmente, “cerebro podrido”—, un término que se acuñó como una broma en diversos foros de Internet para describir fotos o vídeos que no tienen sentido, que rozan lo absurdo o que simplemente parecen creados por alguien con el cerebro frito.
Aunque puedan parecer el resultado de gente ociosa, de gamberros que saben utilizar la Inteligencia artificial para generar este tipo de vídeos absurdos, grotescos, de mal gusto, «gore», racistas,…, lo cierto es que hay toda una comunidad que ha encontrado un filón para hacer dinero a través de cursos, foros de dudas y de resolución de problemas para todos aquellos que quieran dedicarse a generar este tipo de material y enriquecerse con ello ante la absoluta permisividad de las empresas que priorizan sus beneficios a la moderación de los contenidos.
Para confeccionarlos se enseña a utilizan tres sistemas de IA: el primero es ChatGPT con el que se genera el «prompt», es decir, el conjunto de preguntas que le debemos hacer al sistema para generar aquello que queremos; el siguiente paso es utilizar esa secuencia en otra IA: Krea, que es la que genera las imágenes deseadas; el tercer paso consiste en animar dichas imágenes mediante una asombrosa IA china Klint «que permite animar rostros, cuerpos y escenarios con una fluidez inquietante».
Aparte de que este sistema ha probado sus buenos resultados, otra de sus ventajas es que al encadenar varios modelos de IA es más fácil esquivar los controles que tienen cada uno de ellos. ChatGPT nunca generará contenido sexual, pero puede contarnos cómo hacerlo en otro modelo y cómo animar esa imagen en otro modelo diferente.
[…] Por otro lado, al trocear su creación, los creadores han aprendido a explotar los límites de cada herramienta de IA generativa sin que ninguna de ellas asuma la culpa del resultado final.
El objetivo es siempre el mismo, que se vea el vídeo y se reenvíe con algún comentario del tipo: ¿has visto esto? ¿qué coño es esto?, etc. Da igual, lo importante es que circule y que se convierte en algo viral, ya sea por lo ordinario, sorprendente, ridículo, absurdo o miserable que sea: la bajeza vende porque llama la atención. Y todo ello funcionará mejor en Instagram que en TikTok porque la plataforma de Meta elimina todo tipo de moderación priorizando lo viral al ser lo que le proporciona negocio.
«Brain rot» es también un estado mental
Brain rot ya no define solo un tipo de contenido, sino también un estado mental colectivo que se refleja, por ejemplo, en la forma en que hablamos —con frases cada vez más cortas, caóticas o inconexas— y nuestra tolerancia creciente hacia lo absurdo, lo enfermo o lo molesto como parte del paisaje digital cotidiano.
[…]
Quizá no podamos saber todavía si el brain rot es una anomalía o un adelanto de lo que viene. Pero sí podemos intuir que estamos solo viendo el principio de una nueva forma de entender (y aprovechar) el caos algorítmico que quizá deberíamos vigilar.
O regulamos los algoritmos, o seremos víctimas de la codicia ilimitada de las empresas.
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