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[…] Selección de partes del artículo. Los resaltes y la lista del principio no aparecen en el artículo de Carlos Hernández-Echevarría.

El trumpismo no se puede entender sin el presentador estrella de Fox News, cuyo gran legado es haber normalizado públicamente cosas que antes los líderes republicanos sólo se atrevían a susurrar.

— La estrella de Fox News Tucker Carlson deja la cadena tras el caso por las mentiras sobre el fraude electoral

— FOX News no le ha dejado ni despedirse.

Carlos Hernández-Echevarría

El reinado de Carlson en la tele de pago estadounidense ha cambiado el mundo. Sí, también para usted que no vive en EEUU y que a lo mejor ni le conoce. Muchas de las discusiones más rancias de su última cena de Nochevieja o de las peleas más absurdas que ve en la política nacional vienen directamente de “Tucker Carlson Tonight”.

  • La supuesta dictadura de lo ‘woke’.
  • La obsesión por las personas trans.
  • La lucha contra las “élites globalistas” que nos obligarán a alimentarnos a base de insectos.
  • Las “invasiones” de migrantes.
  • El victimismo en el que se ha instalado la derecha cuyos valores considera constantemente atacados. De ahí la necesidad de un enemigo contra el que luchar, sea el que sea: progresistas, personas trans, las élites, el resto de razas (no blancas), los científicos, los medios de comunicación,… [->La conspiranoia]
  • La denuncia de los ataques que está sufriendo el «supremacismo blanco» y la «cultura occidental», que considera superior a cualquier otra.
  • La deslegitimación de las elecciones y de la democracia representativa.
  • La justificación de la violencia.
  • Criticar a los medios de comunicación y a la «censura» que dicen ejercen dichos medios sobre la realidad que sólo él sabe presentar «como realmente es».
  • Como Trump, ha logrado presentarse como defensor de los humildes y enemigos de las élites, viniendo los dos claramente de la élite.

[Carlson] Estrenó su programa en FOX News sólo unos días después de que Trump ganara las elecciones de 2016 y entre los dos han transformado el ideario conservador en una letanía victimista de agravios y amenazas a la “cultura occidental”, la “civilización superior” y el poder político de los hombres blancos.

El trumpismo como movimiento y como realidad social no se puede entender sin Tucker Carlson. Había y hay en FOX News presentadores más cercanos al expresidente, algunos que prácticamente trabajan para él, pero ninguno que haya representado con tanto éxito su ideología. Como pasa con Trump, el gran legado del presentador es haber normalizado públicamente cosas que antes los líderes republicanos sólo se atrevían a susurrar: el supremacismo blanco, la deslegitimación de las elecciones, la justificación de la violencia…

Es normal que así haya compartido con Trump las alabanzas no ya del conservadurismo tradicional, sino directamente del Ku Klux Klan y otros grupos neonazis organizados. En sus propias palabras: “Usa todos nuestros argumentos” o “es nuestro mayor aliado”. Tienen razón, Carlson los ha llevado desde los márgenes del sistema al centro del Partido Republicano. De ser tóxicos para cualquier candidato a ver sus ideas reivindicadas en horario de máxima audiencia.

Incluso si muchos de sus tres millones de espectadores no compraban todo el discurso supremacista, han estado durante casi siete años viendo el mundo desde un prisma muy particular. Más allá de las ocasiones en que Tucker Carlson ha usado directamente el argumentario supremacista, la insinuación era constante: por ejemplo, Carlson dedicaba horas y horas de su programa a crímenes cometidos por migrantes. La agenda estaba clara. Sin embargo, un estudio elaborado en Texas concluye que los estadounidense cometen proporcionalmente más crímenes que los migrantes irregulares.

En esto y en tantos otros asuntos Carlson ha sido un precursor. FOX News siempre ha sido conservadora, pero él es quien ha ido rompiendo algunas barreras importantes: de criticar la inmigración ilegal a atacar la inmigración en general; de cuestionar a los demócratas a cuestionar la democracia representativa; de explicar que los neonazis no representan a los republicanos a poner sus argumentos en el centro del debate.

Contra la élite, desde la élite

La otra gran similitud entre Tucker Carlson y Donald Trump es una cierta ironía en el hecho de que ambos han logrado presentarse como defensores de los humildes y enemigos de las élites, viniendo los dos claramente de la élite. Del mismo modo, ambos reservan sus palabras más gruesas para criticar a los medios de comunicación y su “censura”, cuando han disfrutado de tribunas privilegiadas en medios masivos durante décadas.

Carlson se refiere a los medios como “animales rastreros que no merecen respeto” y “la guardia pretoriana de la clase dominante” como si él mismo no fuera el hijo de un gran ejecutivo de medios de comunicación y como si no hubiera tenido programas en cuatro de los canales de televisión más importante del país, después de haber trabajado como articulista en otras tantas publicaciones. Y aunque no fuera así, esas acusaciones las hizo ante millones de espectadores en la principal cadena de televisión de pago.