Resulta demasiado inquietante vivir con la idea de un futuro impredecible, de ahí que se opte, con facilidad, por el derrotismo. Suponer la derrota inevitable otorga una sensación de seguridad (de predictibilidad) y, al mismo tiempo, de larvado optimismo; pues si me equivoco, todo con lo que me encuentre será algo mejor.
En la lucha contra el cambio climático, mucha gente parece buscar más pruebas de que estamos derrotados que de que podemos ganar […]
Es una rendición por anticipado que incita a otros a hacer lo mismo. Cuando se anuncia que el resultado está cantado y que ya hemos perdido, nos quitan la motivación para participar. Y por supuesto, no hacer nada significa conformarse con el peor resultado de todos. […]
No sé por qué tanta gente parece entregada a sembrar el desánimo, pero tal vez sea por una confusión entre hechos y sentimientos. Siempre digo que respeto la desesperación como emoción, pero no como análisis. […]
Los sentimientos se merecen todo el respeto como sentimientos, pero como fuente de información solo hablan de ti.
[…] es lo que Antonio Gramsci quería decir con su célebre frase “pesimismo del intelecto, optimismo de la voluntad”.
Rebecca Solnit, The Guardian