Mes: abril 2025

El fenómeno de las criptomonedas

Más allá de lo que supone el sistema blockchain como mecanismo simple y descentralizado que permite, en cualquier momento, determinar la autenticidad de un intercambio, sea del tipo que sea. Lo cierto es que de este nuevo sistema han surgido todo un conjunto de «criptomonedas», entre las que destaca «Bitcoin», que se han convertido en el modelo de un nuevo tipo de economía al margen de los estados y los controles de los Bancos centrales; unos nuevos modos de intercambios cargados de polémica y que algunos crean o potencian sin escrúpulos.

El infierno de las criptomonedas (Revista TintaLibre, abril 2025)

En el caso de España, el fenómeno de las criptomonedas es relevante como lo demuestra el hecho de que es «el cuarto país del mundo en número de cajeros de criptomonedas» (Ibid., pág. 35).

Con el fenómeno de las «criptomonedas» estamos hablando de:

1. Una economía especulativa (no productiva), de Casino, capaz de generar grandes beneficios o grandes pérdidas sobre la base de la credibilidad y valor que los usuarios otorgan a unos activos creados por alguien y que, de repente, tienen «valor» para ellos. Pero es igual a lo que ocurrió con los sellos (y con la crisis que se produjo en España con la quiebra de «Forum Filatélico»): mientras se cree en ellos, estos valores suben como la espuma y producen gigantescos beneficios, sobre todo a quienes los crean; pero, del mismo modo, en un momento determinado, alguien pone en duda ese valor y comienza a vender: el efecto contagio es tal que todo cae, con una velocidad vertiginosa, como en un gigantesco castillo de naipes. En algunos casos son, simplemente, fraudes del tipo de las pirámides Ponzi. Algunos ejemplos ilustrativos: hace unos días, fue detenido un grupo de individuos que crearon un mercado para la inversión en criptomonedas. Cuando los inversores quisieron recuperar su dinero descubrieron que de cada 1.000 € «invertidos» 700€ eran comisiones que cobraba la «empresa» y sólo 300 € eran realmente inversión en criptomonedas. Ahora, si recuperan algo, sólo podrán hacerlo de esa parte realmente invertida. Otro ejemplo: «Entre noviembre de 2021 y enero de 2022 […] Dogecoin (DOGE), impulsada por menciones de Elon Musk en X (antes Twitter), perdió más del 90% de su valor, desplomándose en menos de un año. PepeCoin generó más de 1.000 millones de dólares en transacciones en su primera semana antes de caer. También se produjeron estafas como la de SquidCoin, un criptomoneda inspirada en la serie «El juego del calamar», que alcanzó un valor de 2.861 dólares antes de llegar a cero » (Ibid., pág. 35). Tampoco debemos olvidar el caso de Javier Milei que siendo presidente promocionó, en su cuenta de «X», un «meme coin» llamado $Libra al que consideró valioso para reactivar la industria argentina. La citada «moneda» se descubrió, a los pocos días, que era una estafa, provocando importantes pérdidas de cerca de 100 millones de dólares entre quienes creyeron en ella y en las recomendaciones de su presidente. Del mismo modo, cuando Donald Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos, tanto su mujer como sus hijos crearon, de la nada, «monedas» parecidas con las que han conseguido pingues beneficios (él también tiene la suya).

2. Una actividad al margen de los sistemas de control del Estado, de la supervisión financiera y fiscal de sus instituciones y de sus mecanismos de regulación (con los que se pretende proteger a los consumidores de fraudes y de quiebras sin responsables). Las criptomonedas se gestionan en mercados situados en países con baja fiscalidad con el fin de evitar el pago de impuestos en el país del comprador. Asimismo, su falta de regulación las convierten en una herramienta fundamental para el crimen organizado, el tráfico de drogas, armas o cualquier otra actividad delictiva.

En este orden de cosas las criptomonedas se presentan como un campo de libertad y rebeldía contra el Estado, al que desprecian. Como dijo Margaret Thacher: «La sociedad ¿quién esa persona?»

Odio, ira y rabia es lo que une a una comunidad que siente un absoluto desprecio hacia lo colectivo, buscando la creación de DAOs, es decir, de Organizaciones Autónomas Descentralizadas, sin la intervención de instituciones públicas, sin control estatal ni de las entidades financieras.

las criptomonedas se erigen como la única vía para acumular riqueza y alcanzar el éxito en un sistema guiado por el sálvese quien pueda. El cripto-bro se convierte así en una figura central de nuestro tiemplo: encarna al exaltación de la pulsión irracional y sádica a la que nos empujan las finanzas, ataca al Estado como garante de la soberanía popular, la autoridad política y los derechos ciudadanos. (Ibid., pág. 34)

[…]

En el plano ideológico o cultural se va asentando un cierto materialismo romántico que idealiza el papel de las finanzas y la tecnología como motores de progreso dentro de una civilización de mercado cada vez más compleja.» (Ibid., pág. 36)

En resumen, este enfoque supone básicamente: especulación; economía de casino; la disolución, en el imaginario colectivo, del concepto de sociedad; es convertirlo todo en objeto de mercado; desregulación; privatización; priorizar el beneficio monetario sobre otros valores o consideraciones, olvidando el bien común o el beneficio social; es individualismo a ultranza; es debilitar al Estado, cuando no un ataque directo al Estado; es eliminar la redistribución de la riqueza que supone una fiscalidad progresiva; es infantilización, superstición y pensamiento mágico.

3. Estamos ante la expresión de un individualismo sin medida de hombres «con cojones» (para soportar la volatilidad de estos activos) que forman comunidad al compartir una precariedad económica propia de su generación. Una precariedad que no les permite emanciparse, que los condenan a sueldos bajos, malas condiciones de trabajo y trabajos precarios con continuas rotaciones que les impiden crear un proyecto de vida, más aún cuando se ven esclavizados por unos alquileres abusivos y unas viviendas inasequibles.

el criptomundo: el hombre blanco, cis, y heterosexual, orgulloso de su dominio de conocimientos técnicos esotéricos sobre criptoactivos y de su supuesta independencia a la hora de ganar dinero basada en la asunción de riesgos en los mercados financieros. Estos valores son el pegamento de una camaradería masculina reforzada por una cultura de memes que no sólo construye identidad colectiva, sino que también afianza discursos misóginos y tradicionalistas. (Ibid., pág. 36)

Otros usos de las criptomonedas

Sin embargo, hay también otro uso diferente para las criptomonedas, como lo es la creación de comunidades ciudadanas de consumidores que las utilizan como herramienta de intercambio, dentro del grupo, donde se ofrecen mutuamente todo tipo de ayudas y servicios: pequeñas reparaciones, cuidados, compras en farmacias o supermercados, gestiones ante la administración o de cualquier otro tipo, trabajos en el hogar, cursos sobre tecnología, etc.

Ciertamente, la utopía digital que nos prometieron nunca llegó a ser esa aldea multicultural abierta al debate público. En su lugar, surgió un híbrido perverso entre fábrica y centro comercial, un espacio donde se difumina la línea entre trabajo y vida. (Ibid., pág. 34)

Dogcoin

Dogecoin fue creada en 2013 por los ingenieros Billy Markus y Jackson Palmer como una sátira de Bitcoin, casi una broma, hasta que Musk se fijó en ella. En diciembre de 2020 tuiteó “One word: Doge” y el valor de esta criptomoneda creció un 20%. En febrero de 2021 la describió como “la criptomoneda del pueblo”, y creció otro 40%. En diciembre de 2021 anunció que Tesla aceptaría Doge como método de pago, y el valor de la moneda creció otro 20%. Parece tan claro que hacía un uso interesado que, en junio de 2022, se presentó una demanda por 258.000 millones de dólares contra Musk acusándole de influir en el mercado de Dogecoin en beneficio propio.

genís roca, «la maldición de elon musk» – revista tintalibre, mayo 2025, pág. 12

«Brain rot» – un «cerebro podrido»

https://www.eldiario.es/era/brain-rot-videos-extranos-instagram-negocio_1_12239558.html

El ‘brain rot’ ya no es una broma: esos vídeos extraños que no puedes parar de mirar en Instagram son un negocio

ElDiario.es – Juanjo Villalba – 23 de abril de 2025

«Brain rot» – un «cerebro podrido» es tanto un tipo de vídeos en las redes sociales como un estado mental, elegido como palabra del año 2024 para la Oxford University Press.

[Estos vídeos virales] No tienen nada que ver con una parodia, resultan confusos y grotescos, pero están generando mucho dinero para sus creadores. Se trata de uno de los tipos de contenido que hoy en día consigue más reproducciones en Instagram, la red social de Meta, sin apenas límite ni moderación.

Hablamos del fenómeno “brain rot” —literalmente, “cerebro podrido”—, un término que se acuñó como una broma en diversos foros de Internet para describir fotos o vídeos que no tienen sentido, que rozan lo absurdo o que simplemente parecen creados por alguien con el cerebro frito.

Aunque puedan parecer el resultado de gente ociosa, de gamberros que saben utilizar la Inteligencia artificial para generar este tipo de vídeos absurdos, grotescos, de mal gusto, «gore», racistas,…, lo cierto es que hay toda una comunidad que ha encontrado un filón para hacer dinero a través de cursos, foros de dudas y de resolución de problemas para todos aquellos que quieran dedicarse a generar este tipo de material y enriquecerse con ello ante la absoluta permisividad de las empresas que priorizan sus beneficios a la moderación de los contenidos.

Para confeccionarlos se enseña a utilizan tres sistemas de IA: el primero es ChatGPT con el que se genera el «prompt», es decir, el conjunto de preguntas que le debemos hacer al sistema para generar aquello que queremos; el siguiente paso es utilizar esa secuencia en otra IA: Krea, que es la que genera las imágenes deseadas; el tercer paso consiste en animar dichas imágenes mediante una asombrosa IA china Klint «que permite animar rostros, cuerpos y escenarios con una fluidez inquietante».

Aparte de que este sistema ha probado sus buenos resultados, otra de sus ventajas es que al encadenar varios modelos de IA es más fácil esquivar los controles que tienen cada uno de ellos. ChatGPT nunca generará contenido sexual, pero puede contarnos cómo hacerlo en otro modelo y cómo animar esa imagen en otro modelo diferente.

[…] Por otro lado, al trocear su creación, los creadores han aprendido a explotar los límites de cada herramienta de IA generativa sin que ninguna de ellas asuma la culpa del resultado final.

El objetivo es siempre el mismo, que se vea el vídeo y se reenvíe con algún comentario del tipo: ¿has visto esto? ¿qué coño es esto?, etc. Da igual, lo importante es que circule y que se convierte en algo viral, ya sea por lo ordinario, sorprendente, ridículo, absurdo o miserable que sea: la bajeza vende porque llama la atención. Y todo ello funcionará mejor en Instagram que en TikTok porque la plataforma de Meta elimina todo tipo de moderación priorizando lo viral al ser lo que le proporciona negocio.

«Brain rot» es también un estado mental

Brain rot ya no define solo un tipo de contenido, sino también un estado mental colectivo que se refleja, por ejemplo, en la forma en que hablamos —con frases cada vez más cortas, caóticas o inconexas— y nuestra tolerancia creciente hacia lo absurdo, lo enfermo o lo molesto como parte del paisaje digital cotidiano.

[…]

Quizá no podamos saber todavía si el brain rot es una anomalía o un adelanto de lo que viene. Pero sí podemos intuir que estamos solo viendo el principio de una nueva forma de entender (y aprovechar) el caos algorítmico que quizá deberíamos vigilar.

O regulamos los algoritmos, o seremos víctimas de la codicia ilimitada de las empresas.


El espíritu de la Transición no era esto

Y no era esto, no, no era esto.

iñaki gabilondo – entrevistado en la revista de eldiario.es – marzo 2025, pág. 4

La ilusión que trajo la llegada de la democracia, de un estado en la línea del resto de países europeos, en el que fueran posibles una serie de derechos civiles y políticos tales como la libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de reunión, a formar partidos políticos o sindicatos, a votar,… y toda una serie de derechos económicos, sociales y culturales bajo la definición constitucional de España como un «estado social y democrático de derecho» se basó en algo fundamental: el consenso. La idea de que era necesario llegar a acuerdos y pactos entre partidos con ideologías radicalmente diferentes, pero capaces de tomar decisiones compartidas para hacer posible el cambio político.

Sin embargo, ahora

Los partidos […] saben que no va a haber acuerdos. […] la polarización absoluta y radical hace papilla a la democracia porque la convierte en ineficaz. (Ibid., pág. 7)

Y ya sabemos a qué da lugar esto: a sueños de retorno al autoritarismo.

La sociedad pedirá periodismo en defensa propia. (Ibid., pág. 4)

Aunque el derecho a la información sea un derecho reconocido, lo cierto es que el periodismo se ha devaluado por la crisis económica de los medios tradicionales que se han encontrado sin forma para financiarse. El recurso ha sido venderse a la financiación pública de los partidos gobernantes en las Comunidades Autónomas que cobran su apoyo. Algunos medios se han creado expresamente para servir de apoyo a ciertos partidos de derecha que son los que tienen músculo económico para esto. Otros han optado por los titulares maliciosos, escandalosos, incompletos o falsos simplemente para atraer clicks de los usuarios de Internet, lo que les reporta beneficios en publicidad segmentada dirigida expresamente por el algoritmo para esa persona que han entrado en ese medio.

Sólo unos pocos han optado por la creación de una base de usuarios dispuestos a pagar por una información cuidada conforme a los patrones de la ética periodística, pero son pocos y les resulta difícil sobrevivir pues, aunque antes era muy común ir al quiosco y comprar el periódico (pagar por información de calidad), ahora se aspira a que todo sea gratis y no se está dispuesto a pagar por ello.

No somos conscientes de hasta qué punto esto devalúa una democracia.

Periodismo, por favor; en defensa propia.


Blade Runner

– Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad?

Eso es lo que significa ser esclavo.

– Yo, he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión; he visto rayos C brillar, en la oscuridad, cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán, en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir.

– No sé por qué me salvó la vida. Quizá en esos últimos momentos amaba la vida más de lo que la había amado nunca. No sólo su vida, la vida de todos, mi vida.

Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos: de dónde vengo, a dónde voy, cuánto tiempo me queda.

Todo lo que yo podía hacer era sentarme allí, y verle morir.

Roy Cohn el maestro de Donald Trump

Roy Cohn (Roy Marcus Cohn) fue un abogado estadounidense cuya carrera fue conocida principalmente como brazo derecho del senador Joseph McCarthy durante el período de las audiencias realizadas en contra de los supuestos comunistas que se encontraban en el gobierno de los Estados Unidos, especialmente en las Audiencias del Ejército-McCarthy. Fue también una figura clave para la fiscalía en los juicios de Ethel y Julius Rosenberg.

wikipedia

Principales tesis de Roy Cohn en «The Apprentice», una película biográfica sobre Donald Trump

The Apprentice retrata la relación de mentoría entre Roy Cohn y un joven Donald Trump, mostrando cómo Cohn moldeó la personalidad y el modus operandi de Trump en el mundo de los negocios y, posteriormente, en la política. Las principales tesis y lecciones que Cohn transmite a Trump en la película son las siguientes:

1. Ataca, ataca, ataca

Cohn enseña a Trump que la mejor defensa es un ataque constante. Ante cualquier acusación o problema, la respuesta debe ser siempre ofensiva, nunca defensiva. Esta táctica implica no dar nunca un paso atrás ni mostrar debilidad frente a los adversarios1235.

2. No admitas nada, niega todo

Otra de las reglas fundamentales es nunca reconocer errores ni culpas. Cohn inculca en Trump la importancia de negar cualquier acusación, sin importar la evidencia en contra. La negación sistemática se convierte en una herramienta para evitar consecuencias legales o reputacionales1356.

3. Reclama la victoria, nunca aceptes la derrota

Cohn le enseña a Trump que, independientemente de la realidad, siempre debe proclamar que ha ganado. La percepción pública de éxito es más importante que la verdad de los hechos. Según esta lógica, admitir una derrota es inaceptable; la narrativa debe construirse siempre en torno al triunfo1356.

4. La verdad es un constructo, crea tu propio relato

La película subraya cómo Cohn introduce a Trump en la «posverdad»: la idea de que la verdad objetiva es irrelevante y lo importante es imponer la propia versión de los hechos. Trump aprende a manipular la información y a crear su propia narrativa, sin importar la veracidad356.

5. El fin justifica los medios

La ética y la integridad no tienen cabida en la filosofía de Cohn, quien le transmite a Trump que lo único que importa es ganar. Las reglas morales o legales pueden ser ignoradas si obstaculizan el éxito. Esta visión maquiavélica se convierte en la base de la estrategia de Trump en los negocios y la política156.

6. Juega con el hombre, no con la bola

Cohn aconseja a Trump que, en vez de centrarse en los hechos o argumentos, debe atacar personalmente a sus adversarios. El objetivo es desestabilizarlos y debilitarlos, usando incluso el chantaje o la intimidación si es necesario135.

7. El poder de la percepción y la publicidad

Cohn le muestra a Trump cómo aprovechar la atención mediática, sea positiva o negativa, para mantenerse en el centro del escenario. La notoriedad y la visibilidad son armas fundamentales para acumular poder16.

Tabla resumen de las tesis de Roy Cohn en «The Apprentice»

Tesis principalDescripción
Ataca, ataca, atacaResponde a todo con ofensiva, nunca te muestres débil.
No admitas nada, niega todoNo reconozcas errores ni culpas, niega siempre.
Reclama la victoria, nunca aceptes la derrotaProclama siempre el éxito, aunque la realidad diga lo contrario.
Crea tu propio relato (posverdad)Impón tu versión de los hechos, la verdad objetiva es secundaria.
El fin justifica los mediosIgnora la ética si es necesario para ganar.
Juega con el hombre, no con la bolaAtaca personalmente al adversario, usa el chantaje o la intimidación si es necesario.
Aprovecha la publicidadUsa la atención mediática, positiva o negativa, para mantenerte relevante y poderoso.

Estas tesis, presentadas en la película, explican cómo la influencia de Roy Cohn fue decisiva para forjar el estilo combativo, agresivo y transgresor de Donald Trump, tanto en los negocios como en la política estadounidense12356.

Citations:

  1. https://confilegal.com/20250321-opinion-the-apprentice-la-historia-entre-el-maquiavelico-abogado-roy-cohn-y-su-discipulo-donald-trump/
  2. https://www.bbc.com/mundo/articles/cn00z017pzro
  3. https://www.20minutos.es/cinemania/criticas/critica-the-apprentice-relato-que-roy-cohn-fue-creando-para-donald-trump-5640573/
  4. https://lagranilusion.cinesrenoir.com/publicacion/el-abogado-que-convirtio-a-trump-en-el-tipo-que-es-hoy/
  5. https://www.disidencia.mx/p/the-apprentice-algunas-claves-para
  6. https://www.fotogramas.es/peliculas-criticas/a60899351/critica-the-apprentice-pelicula-sebastian-stan-donald-trump/
  7. https://legrandcontinent.eu/es/2024/10/14/the-apprentice-filmar-una-forma-intermedia-de-trump/
  8. https://www.infobae.com/cultura/2024/07/11/la-pelicula-sobre-donald-trump-objeto-de-una-compleja-disputa-legal-politica-y-economica/
  9. https://elpais.com/opinion/2025-04-06/vida-de-contertulio.html
  10. https://www.lavanguardia.com/dinero/20250406/10529988/vuelto-loco-que-mejores-tecnicas-negociadoras-donald-trump.html

Respuesta de Perplexity: pplx.ai/share


El caso «Cambridge Analytica»

Facebook basó su negocio originalmente en la segmentación publicitaria, algo por lo que los anunciantes pagaban mucho más de lo habitual. Tan fina era esta segmentación poblacional que las campañas podían “acertar” con grupos de personas de características sumamente específicas, la mayoría de las veces sin que ellas fueran conscientes de que su privacidad estaba siendo violada. Es algo que supieron aprovechar empresas y organizaciones sin muchos escrúpulos para fines comerciales, ideológicos y políticos.
Uno de los escándalos más conocidos tuvo como protagonista a Cambridge Analytica, empresa de consultoría política especializada en procesos electorales. Como colaboradora de Facebook pudo acceder subrepticiamente a entre 30 y 87 millones de perfiles de la red social, un dato que varía según las fuentes. Su objetivo era investigar las audiencias y cambiar su comportamiento mediante psicología del comportamiento, entre otras técnicas. Algo potencialmente viable cuando se cuenta con suficientes datos sobre demografía, gustos, relaciones interpersonales, fotos, vídeos, chats… Para recabar los datos utilizaron un juego aparentemente inocente de tipo encuesta (quiz) que aprovechaba un agujero de seguridad y daba acceso a los datos de los “amigos de los amigos” de Facebook.
Los medios explicaron que con todo esto se planeó una estrategia para hacer posible la victoria de Donald Trump en 2016. Todo era cuestión de afinar los mensajes en condados clave para ganar estados decisivos. No está del todo claro si el resultado fue cuestión de pura suerte, pero sacó a la luz lo vulnerables que son los datos personales y cómo peligran cuando los centraliza una empresa.
Aunque las acusaciones recayeron sobre Cambridge Analytica, Facebook estaba implicada, pero no compareció ante las autoridades de Reino Unido. Sí tuvo que hacerlo, sin embargo, ante el Senado de los Estados Unidos, junto con otras grandes compañías. Las respuestas de un Zuckerberg CEO con icónico aspecto de robot de rostro inmutable consistieron en echar balones fuera y pagar la multa de 5.000 millones de dólares que les impusieron, no solo por esto sino por otras violaciones de privacidad.
Hay quien cree que esos mismos datos se usaron a partir de 2016 en la campaña pro-Brexit en el Reino Unido a petición del Partido de la Independencia del Reino Unido, pero puede que todo quedara en conversaciones y planes preliminares. Los expertos aseguran, de todos modos, que en aquel referéndum tuvieron un protagonismo considerable los bots que publicaban en Twitter, Facebook y otras redes sociales tanto desinformación como consignas a favor del Brexit que muy probablemente influyeron en el resultado.

ÁLVARO IBÁÑEZ, «Mark Zuckerberg De niño prodigio a tiburón
tecnológico bajo sospecha» – rEVISTA ELDIARIO.ES MARZO 2025 – PÁGS. 45-46

Capitalismo y democracia son incompatibles (Peter Thiel)

No hay contradicciones en la política de Thiel, es bastante consistente: se ha dado cuenta, a menudo más claramente que sus oponentes, de que existe una contradicción última entre las normas del capital y la democracia, y la forma de lidiar con esta contradicción es, según él, deshacerse de la democracia.

john granz, historiador y biógrafo crítico de peter thiel. Citado por delia rodríguez – revista de eldiario.es – marzo 2025, pág. 32

Peter Thiel es un milmillonario estadounidense, de origen alemán, fundador de PayPal y caracterizado por sus exitosas inversiones en negocios como Facebook (cuando estaba comenzando), Airbnb, Linkedin, Spotify, DeepMind y otras que le han reportado ingentes beneficios. Asimismo, es fundador de Palantir (nombre que toma de «El Señor de los anillos»).

Tras los atentados del 11S, Thiel supo entender que el mundo iba a obsesionarse con la seguridad y la vigilancia y en 2003 fundó Palantir, la mayor empresa del mundo de análisis de datos para distintos fines (desde detectar el fraude a perseguir el terrorismo) cuyo primer inversor fue la propia CIA. Aunque también trabaja para empresas privadas, sus principales clientes son los gobiernos, comenzando por el estadounidense.

ibid, pág. 30

En el año 2000 la empresa Paypal de Peter Thiel se fusionó con otra empresa similar: X de Elon Musk, y dio lugar a lo que se conoció como la «mafia Paypal»: un grupo de personajes con una importancia decisiva en Silicon Valley.

El desarrollo de PayPal hizo necesaria la incorporación de muy buenos ingenieros, y todos ellos se hicieron ricos con la venta de la compañía. Algo más de una docena de personas a las que todavía hoy se les conoce como la mafia de PayPal. Además de Elon Musk, uno de los más destacados es Peter Thiel […], que más tarde fue el primer inversor privado que apostó por Facebook y en la actualidad sigue teniendo una silla en ese consejo de administración, y que en 2004 fundó la temible y discreta Palantir, muy utilizada por los servicios de espionaje de varios países por su capacidad para procesar y analizar grandes volúmenes de datos de la población, por ejemplo provenientes de redes sociales. Es una empresa cotizada en bolsa, valorada en algo más de 220.000 millones de dólares, y que cuenta con la CIA entre sus principales accionistas. Famoso por su ideología liberal extrema, Thiel está convencido de que “democracia y libertad se han convertido en incompatibles”. Otros tres ingenieros de PayPal, Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim, fundaron YouTube en 2005 y en apenas un año la vendieron a Google por 1.650 millones de dólares. Otro de ellos, Reid Hoffman, fundó Linkedin en 2002 y la vendió a Microsoft en 2016 por 26.200 millones de dólares. Actualmente los miembros de la mafia de PayPal son inversores o están presentes en los consejos de administración de empresas como Facebook, AirBnB, Change.org, Microsoft, Evernote, Yahoo! o Yelp. Están por todas partes. 

GENíS ROCA, «LA MALDICIÓN DE ELON MUSK» – rEVISTA TINTALIBRE, MAYO 2025, PÁG. 10

Peter Thiel es uno de los pocos -dentro de esa órbita- que apoyaron a Donald Trump en su primera campaña a la presidencia (cuando los pesos pesados republicanos no creían en su capacidad para ganar las elecciones) y ha sido, junto con Elon Musk, de los que le han impuesto a J. D. Vance como vicepresidente. De hecho, Thiel financió la primera campaña política de Vance, al que algunos consideran como el «tapado», es decir, como el verdadero sucesor de un Donald Trump demasiado viejo.

Pero volvamos al motivo de esta entrada. Capitalismo y democracia son incompatibles por cuanto se fundamentan en principios opuestos: mientras el capitalismo actual, como cualquier «capitalismo salvaje» de cualquier época, se basa en la «ley del máximo beneficio» y en individualismo más extremo; la democracia, en cambio, se fundamenta en la igualdad de derechos de todos los ciudadanos y en la búsqueda del bien común a través de la participación política de todos, un bien común que sitúa por encima de los intereses individuales.

Hasta ahora los principios democráticos, nacidos del liberalismo político y del concepto del Estado de derecho, habían servido de contención a los deseos ilimitados del capitalismo haciéndolo menos «salvaje». De hecho, el beneficio de las empresas se veía reducido por las leyes que obligaban a establecer salarios dignos, horarios de trabajo limitados, periodos de vacaciones retribuidos, normas de seguridad para evitar accidentes en el trabajo, criterios de calidad y medioambientales, de bienestar animal, antimonopolio y toda una serie de condiciones para la producción y comercialización de los productos. Todo ello en beneficio de los ciudadanos en cuanto trabajadores y consumidores. Asimismo, las empresas estaban obligadas a pagar impuestos para colaborar con el funcionamiento del Estado que pasaba de ser un estado policial, encargado de la protección de la propiedad privada y del orden público, a un «Estado social» preocupado por la calidad de vida de sus ciudadanos a los que apoyaba con programas de protección social, de educación, sanidad, acceso a la cultura, pago de pensiones, de protección en el caso de orfandad, viudez, enfermedad, paro, etc.

La extrema derecha, en cambio, aboga por la desaparición del Estado, por su debilitamiento para convertirlo, de nuevo, en protector exclusivamente del orden y la paz social y de la propiedad privada. Y en ese sentido aboga por la eliminación de todo tipo de regulación y de cualquier ley que impida a las empresas hacer lo que mejor les parezca para sus intereses, haciendo desaparecer a los sindicatos, el derecho a la huelga o la protesta, los convenios colectivos, la contratación indefinida o cualquier sistema que reduzca los beneficios de las empresas.

Y aquí entra el más torticero de los conceptos: la «libertad individual». Desde la extrema derecha se olvida el carácter social del ser humano (como si fuéramos capaces de sobrevivir aislados). El individuo se convierte en el valor único y fundamental y la libertad en su estandarte. Se les llena la boca de «libertad», de «libertario» olvidando el sentido de la vida en sociedad.

Y a eso añadámosle su obsesión autoritaria (antidemocrática) en la que defienden su superioridad como individuos frente a las masas que literalmente desprecian. Ellos son los poseedores de la verdad y son los que pueden, mediante órdenes ejecutivas sin control de otros poderes, llevar a cabo este cambio social que propugnan.

Muchos han abrazado esta propuesta por cuanto es la más cómoda: nada hay de lo que preocuparse cuando lo único que hay que hacer es no pensar y obedecer, es decir, la aspiración infantil de la felicidad burguesa de una vida absolutamente cómoda en la que todo te lo den hecho y no sea necesario ni pensar. Como decía Kant:

Si puedo pagar no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea.

inmanuel kant, ¿qué es la ilustración?

Pero éste no es el camino. El auténtico progreso de la humanidad nace cuando tomamos las riendas de nuestra propia vida, cuando usamos nuestra capacidad de pensar y al conocimiento como guía, y asumimos la petición de Kant que ahora se convierte en un grito desgarrado: ¡Atrévete a pensar!

O dicho con otras palabras: reconócete como parte de una sociedad, recupera tu ser social, y trabaja para la definición de lo que, entre todos, consideraremos como una aspiración que debe ser compartida: el bien común.


Racismo en las fotografías

Cosas que no sabía
No sabía que los antiguos laboratorios de carretes y revelado de fotografía usaban una foto-guía de una modelo blanca, joven, delgada, para ajustar el brillo y el contraste. La llamaron Shirley y la química del revelado estaba hecha a su imagen y semejanza. Consecuencia: las personas negras han estado décadas apareciendo como manchas oscuras, sin detalle, en sus propias fotos familiares. Kodak y compañía no lo solucionaron hasta que no lo pidieron las agencias de publicidad: porque el chocolate y los muebles oscuros no salían bien en las fotos. Lo explica Carolina de Afrocolectiva.

Juanlu Sánchez – Al día – ElDiario.es – 10/04/2025

Donald Trump no es Frankenstein

La llegada de Trump a la presidencia de EE.UU. no debe verse como un fenómeno inexplicable y misterioso, sino como la consecuencia lógica (y el resultado) de una crisis profunda del modelo económico, social y político en el que hemos vivido hasta ahora y que ha demostrado, como se dijo hace mucho tiempo, su inviabilidad. Ni los recursos del planeta son infinitos, ni el progreso económico puede ser ilimitado al basarse en el consumo, cada vez más voraz, de dichos recursos. No nos puede extrañar que una sociedad a la que le vendieron un ideal de futuro basado en ese progreso indefinido e infinito se sienta ahora perdida y abandonada. Más aún, cuando las nuevas generaciones se ven condenadas a vivir peor que quienes les precedieron. De ahí nace la añoranza del pasado, en la que algunos sueñan, para volver a esa vida con un crecimiento económico infinito, con casas unifamiliares con jardín y, en España, con piscina.

Asistimos, pues, a una crisis del modelo capitalista o neocapitalista que se ha encontrado con los límites del planeta. Una crisis que define su camino reaccionando contra el «proyecto ilustrado». Ese proyecto de la Edad moderna basado en la razón y en el desprecio a la ignorancia y la superstición. Un cambio de mentalidad que inspiró a las Revoluciones burguesas, al Liberalismo político y al Estado de derecho. Aquellas que acabaron con la servidumbre y con el autoritarismo teocrático del Antiguo Régimen.

Ya no nos acordamos, pero hace nada el ser humano carecía de valor y de derechos al ser simplemente un siervo del rey y de la nobleza. Fue hace nada cuando adquirió su dignidad, cuando acabó con la sociedad estamental e hizo surgir el concepto de «ciudadanía»: es decir, el de un ser humano con dignidad y derechos por el simple hecho de serlo.

«¡Atrévete a pensar! decía Kant, para recordarnos que es la razón la que debe dirigir nuestras vidas. El filósofo no daría crédito a lo que vemos ahora mismo: una sociedad para la que la ignorancia es más que la sabiduría, y la superstición y los miedos tienen más fuerza que la razón o el conocimiento.

No deberíamos ver a Trump únicamente como el Frankenstein del Partido Republicano.
[…] el sueño de la globalización feliz del neoliberalismo progresista —si es que alguna vez existió— se desvanece. El despertar de este sueño ha traído consigo una marcada inestabilidad política, fruto de la desafección de amplios sectores de la sociedad, traumatizados por los efectos de una crisis que ha hecho colapsar su mundo.
[…]
El crecimiento del autoritarismo tampoco puede disociarse de la crisis ecológica que atravesamos, la cual ha cambiado el propio significado del “fin de la historia”, que ya no se percibe como un horizonte utópico de progreso y democracia perpetuos […]. De hecho, el sociólogo Immanuel Wallerstein ya planteó hace tiempo que las crisis cíclicas del capitalismo serían cada vez más frecuentes al chocar con los límites del planeta.
[…]
[Los hechos han] puesto en crisis el propio paradigma del “progreso” sobre el que se construyó la modernidad. Así, mientras el fascismo clásico proponía un proyecto de futuro, la ultraderecha actual, ante los crecientes temores a un horizonte incierto marcado por el cambio climático y un mundo en crisis, plantea un regreso (imposible) a un pasado de “abundancia”, al menos para la mal llamada “civilización occidental”; una propuesta reaccionaria que conecta con la utopía capitalista del crecimiento sin límites. Si ya no podemos aspirar a vivir mejor que nuestros padres, al menos aspiramos a vivir como ellos; la expectativa no es ya mejorar, sino evitar empeorar.
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La rabia ante esta pérdida genera una suerte de sentimiento de “derechos agraviados” entre sectores que históricamente gozaron de privilegios relativos. […] [en EE.UU. el sueño del American Way of Life sería ese paradigma perdido.]
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Así, la apología del pasado por parte de la extrema derecha se convierte en una estrategia para cancelar la posibilidad de imaginar un futuro distinto.
[…]
[Incertidumbre y miedo] vacía la democracia hasta reducirla a su cascarón: el voto como mero ritual. Porque, cuando los mecanismos de cohesión social dejan de funcionar y se constata la imposibilidad de sostener la aparente prosperidad de las clases medias, se fortalece el cierre autoritario para mantener el orden. A la vez, se necesitan chivos expiatorios —ciertas minorías, la población migrante, los movimientos feministas, el ecologismo— hacia los que canalizar el malestar de unas clases medias en declive, de modo que la ira siempre se dirija hacia abajo. […] [Es] la promesa de seguridad en un mundo cada vez más incierto. Pero es una seguridad construida a la contra, que se sostiene sobre la inseguridad del otro.
Así, ante los miedos, las incertidumbres, los límites del planeta y la crisis ecológica, la extrema derecha ofrece una respuesta y una alternativa para recuperar el control: [el] autoritarismo.
[…]
Lejos de ser una anomalía, el auge de las fuerzas autoritarias de extrema derecha debe entenderse precisamente como una consecuencia lógica del momento de crisis sistémica en el que nos encontramos. No deberíamos ver a Trump únicamente como el Frankenstein del Partido Republicano, sino como la manifestación de un fenómeno que trasciende las fronteras de EE UU: el autoritarismo reaccionario. Por ello, es crucial analizar la victoria de Trump no como un accidente en la política estadounidense, sino como el síntoma de [un modelo económico-político inmerso en una profunda crisis de la que deberemos salir con la propuesta de uno nuevo].

miguel urbán crespo, «La crisis capitalista y la promesa reaccionaria de la extrema derecha» – Revista público, marzo 2025, pág. 15

¿Qué característica comparten los grupos y partidos de extrema derecha?

El problema de los grupos de ultraderecha no es menor: mientras en las elecciones europeas de 1984 conseguían menos del 4% de los votos, en las últimas elecciones superaron la barrera del 25%; de hecho, si los tres grupos ultras se unieran, serían la primera fuerza política en el Parlamento europeo. Más aún, tres países de la Unión tienen presidentes de partidos de extrema derecha y en otros ocho participan en el gobierno de manera directa o indirecta; resumiendo: 11 países de los 27 están gobernados o participan en el gobierno partidos de ultraderecha. Asimismo, los encontramos en los gobiernos de EE.UU., Argentina, El Salvador, Israel, e incluso en India que es también otro ejemplo de «autocracia electoral» nacionalista.

Steven Forti, catedrático de la Univesidad Autónoma de Barcelona, defiende que, a pesar de las diferencias, todos los grupos y partidos de extrema derecha comparten una serie de características comunes desde el punto de vista ideológico. Éstas son:

  • un marcado nacionalismo,
  • un nativismo y un identatirismo que les lleva a la condena de la inmigración a la que consideran como «invasión»; de ahí su xenofobia, su islamofobia y su desprecio hacia las poblaciones indígenas. (Es llamativa, por ejemplo, la xenofobia que encontramos en Chile hacia los venezolanos).
  • una actitud contraria a las sociedades abiertas,
  • una crítica a la globalización y al multilateralismo,
  • una visión autoritaria de la sociedad, centrada en el lema «ley y orden»,
  • un desprecio a todo lo que suponga progresismo,
  • un antiintelectualismo,
  • una defensa de los valores conservadores y de las tradiciones,
  • y una toma de distancia formal del fascismo histórico hacia el que sienten admiración, a veces, no disimulada.

Curiosamente, a estas características se une un atractivo para los jóvenes: la de presentarse como «rebeldes antisistema». Una actitud que consigue lo que toda generación joven busca: demostrar su identidad en oposición a las de los mayores; y para eso nada mejor que una actitud que saca de quicio a esos adultos que aún creen en la democracia y en las instituciones. Una democracia y unas instituciones de las que se sienten orgullosos porque ellos colaboraron para hacerlas posibles y para acabar con cuarenta años de dictadura franquista de los que ahora les cuentan que no era tan mala.

Todos estos partidos y grupos de extrema derecha tienen, también, en común la utilización de las nuevas tecnologías y de las redes sociales como herramientas de propaganda y de difusión de sus mensajes. Asimismo, han puesto de moda el empleo de una retórica trasgresora y provocadora que antes se consideraba inaceptable y se identificaba con la falta de preparación y el mal gusto y ahora se considera una característica de los verdaderos políticos del pueblo (frente a las élites educadas) aquellos que les revelan la verdad ocultada por quienes han ostentado el poder hasta ahora. En fin, «Populismo» de manual.

Otro de sus objetivos es generar desconfianza entre los ciudadanos hacia las instituciones y los expertos mediante la difusión de mentiras y de teorías conspiranoicas que calan profundamente en los miedos paranoicos de muchos ciudadanos. Todo con un objetivo claro que es marcar el debate público y mantener la iniciativa política.

El resultado es una sociedad cerrada, intransigente y polarizada en la que el enfrentamiento entre sus ciudadanos se convierte en un peligroso mecanismo político que no parece llevarnos a ningún lugar deseable.

Comparten redes trasnacionales enormes

Los grupos y partidos políticos de extrema derecha están organizados internacionalmente a través de enormes redes trasnacionales con una cantidad de recursos económicos ingentes. Esto les permite el intercambio de ideas y una colaboración fluida con una red de fundaciones, «think tanks», asociaciones y organizaciones internacionales que trabajan para la creación de lazos entre estos grupos, ofreciéndoles todo tipo de idearios y de apoyos en la organización de grandes citas en las que se conocen entre ellos y recaban apoyos mutuos. En esa amalgama se encuentran también en estrecha colaboración con las redes del integrismo cristiano (incluidos los ultraortodoxos rusos) con los que comparten su defensa de los valores tradicionales. Asimismo, han puesto en marcha instituciones educativas para formar a sus cuadros que luego ostentarán cargos políticos y organizativos.

No deja de ser una paradoja que los más ultranacionalistas hayan conseguido forjar una especie de internacional reaccionaria.

Steven forti, El bosque, no los árboles. La extrema derecha como una gran familia global – Revista público – marzo 2025, págs. 8,9