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No hay agua para todo – Las guerras del agua

No hay agua para todo, como tampoco lo hay de cualquier elemento de nuestro planeta finito. Ante esta situación nos encontramos ante una encrucijada en la que o bien se limita y se planifica el consumo, o bien nos encontraremos ante graves problemas sociales y frente a conflictos internacionales, por cuanto el agua no sólo es necesaria para beber, para subsistir, sino que también es imprescindible para la agricultura y la ganadería, entre otros ámbitos productivos. La falta de agua nos va a abocar a la pobreza y al hambre en sociedades fundamentalmente dependientes de lo agropecuario que se verán forzadas a emigrar.

¿Qué proponen los defensores del «agua para todo»?

  • Acabar con el caudal de los ríos, evitando la llegada (es decir, el «vertido» -así suena más a desperdicio y a derroche-) del agua de los ríos al mar.

Pero es que la correntía de los ríos (eso que se llama «caudal ecológico») es esencial para el mantenimiento de un ecosistema sano en el propio río; asimismo, es esencial el aporte de nutrientes que lleva a la desembocadura y al mar haciendo posible la vida y la existencia de unos ecosistemas sanos.

  • Construir infraestructuras, sobre todo, pantanos y tuberías para llevar el agua a zonas de regadío que crecen sin control.

El problema de los pantanos, aparte de ser una infraestructura muy cara que no se construye de un día para otro, es que se utiliza para embalsar agua que no se deja correr río abajo, impidiendo la circulación y la llegada del limo a la parte posterior del río -más allá de la presa-. Sin olvidarnos de las zonas que quedan anegadas, a veces, pueblos enteros que desaparecen bajo el agua. Más aún, resulta que mucha de estas presas se construyen como centrales hidroeléctricas que pasan a ser gestionadas por la grandes eléctricas que dejan de tener como finalidad la existencia de un «caudal ecológico» en el río o el interés social del embalse para centrarse exclusivamente en intereses puramente comerciales de rentabilidad. Lo hemos visto este año 2023 en el que los altos precios de la luz ha llevado a las eléctricas a beneficios récord y al desembalse de los pantanos para hacer caja, sin pensar en la sequía, ni en quienes viven del turismo y de las actividades acuáticas en dichos pantanos. Codicia en el más puro sentido.

Un detalle más que debemos pensar tiene que ver con la cantidad, cada vea mayor, de agua que los regadíos exigen a los pantanos. Cuando la voracidad de los regadíos es tan extrema, los pantanos dejan de tener sentido y utilidad como reguladores del caudal en un régimen irregular de lluvias, porque la voracidad del regadío es tal que el agua que desembalsan es toda la que reciben de la cabecera, convirtiéndose así en puras tuberías de trasvase.

Muerte en el Nilo

El Nilo ha sido, tradicionalmente, sinónimo de Egipto. Su control y explotación ha aparecido como un activo económico y una fuente de riqueza para el país de los faraones. Sin embargo, la cosa ha cambiado cuando Etiopía, en donde nace el Nilo Azul, ha decidido construir una gran presa para aprovechar sus recursos como fuente de desarrollo para el propio país y para la zona. Hablamos de una gigantesca construcción comenzada en 2011 e inaugurada en 2022 (aún sin concluir) y que será capaz de producir ingentes cantidades de electricidad que permitirán el desarrollo de Etiopía y la venta de energía a los países limítrofes. Del mismo modo, la presa dará el poder a Etiopía de controlas la cantidad de agua que el Nilo Azul aportará al Nilo. El enfrentamiento con Egipto está servido. Hasta tal punto que Mohamed Mursi (Primer ministro egipcio, de los «Hermanos musulmanes») amenazó con bombardearla; una amenaza de intervención militar que volvió a plantear el actual dictador Abdelfattah Al Sisi. Está claro que la reacción internacional que supondría un hecho de estas características y la catástrofe natural y humanitaria que provocaría su destrucción hace que no parezca una respuesta plausible. Recordemos que estamos ante una infraestructura monstruosa que va a necesitar las lluvias de varios años para poder almacenar los 74 millones de hectómetros cúbicos que tiene previstos como capacidad. Mientras haya agua, el problema será menor, pero en los momentos de sequía, con varios años sucesivos con pocas lluvias, el problema para Egipto puede ser mayúsculo, con 100 millones de habitantes a los que alimentar y dar de beber (con campos agrícolas bañados por un Nilo sin caudal). Entonces, en esa situación, ¿resurgirá la «solución militar»? Las autoridades egipcias no han dudado en calificar a la presa del Renacimiento como un «problema de seguridad nacional».

El otro afectado, Sudán, se encuentra en una situación de guerra continua que lo le permite preocuparse por los efectos que, sobre su economía vaya a tener esta gigantesca infraestructura hidroeléctrica.

En cuanto a Egipto, la construcción de la presa de Asuán (realizada con ayuda soviética e inaugurada en 1971) fue su particular modo de aprovechar al Nilo como fuente hidroeléctrica y de controlar su caudal, algo que afectó sensiblemente al resto de la zona por la que circula el río hasta su desembocadura a la que le limitó tanto el agua como el aporte de limo que el río lleva. De hecho, si naturalmente su agua llegaba hasta prácticamente las pirámides, en la actualidad el Nilo se ha retraído varios kilómetros hacia el interior quedando sólo dos de los cuatro brazos en su desembocadura.

La situación nos permite reflexionar sobre algo que está a la vuelta de la esquina: las guerras por el agua que se van a producir, al principio por vía diplomática, después, quién sabe.

  • ¿Quién es el dueño de los ríos?
  • Crear infraestructuras hidroeléctricas supone, por un lado una fuente de riqueza para quienes son sus dueños, les permite crear electricidad y venderla; pero, por otro lado, impide el discurrir natural del agua y su aporte de arena y nutrientes al resto del río y al mar en su desembocadura. Más aún, tener una presa es una forma de poder: el de controlar el caudal y la calidad del agua que reciba quienes estén más abajo del río.
  • ¿Tiene derecho quien vive en la cabecera del río a actuar sobre la cantidad y calidad del agua que se recibe aguas abajo?
  • ¿Va a ser el agua, por su escasez, un arma política y de enfrentamiento entre países? ¿Será soportable al inseguridad alimentaria y social que va a producir?
  • ¿Será la falta de agua el principal motor de las próximas migraciones masivas?
  • ¿Deben los gobiernos poner todo su empeño en el desarrollo de nuevas técnicas de desalación más sostenibles como única vía para salir de esta situación de sequía irreversible?

Algunos datos

(Los datos y el entrecomillado corresponde a la revista de elDiario.es – «Los valores éticos del agua»)

  • El consumo, por renta, es diferente en España: mientras la clases bajas consumen por debajo de los 100 l / persona-día, las más altas se acercan a los 450 l / persona-día. La explicación está en el consumo de piscinas particulares y de zonas ajardinadas con césped que requieren mucha cantidad de agua. – La respuesta es: establecer los usos prioritarios del agua distinguiendo entre necesidades básicas y no básicas; la obligatoriedad de cubrir piscinas para reducir la evaporación; la reducción de las zonas de césped y la reutilización de agua tratada -procedente de depuradoras- para el riego; asimismo, podría incrementarse el precio del agua, por tramos, para utilizarlo como efecto disuasorio (un incremento igual para todos, no sería justo porque penalizaría a quienes menos consumen, que son quienes menos recursos poseen para afrontar este gasto).
  • La agricultura consume entre el 80 y el 93% del agua total en España. Las zonas de regadío se han ampliado de manera descontrolada en los últimos años hasta los 4,5 millones de hectáreas cultivadas (de las cuales algo menos de 4,1 son legales). En Castilla-La Mancha la superficie de regadío ha aumentado en un 65% en los últimos 25 años, siendo la segunda región con más superficie regada en España (583.000 ha). La primera es Andalucía con más de 1,1 millones de hectáreas y un crecimiento del 44,1% en los últimos 25 años. Los cambios más llamativos tienen que ver con la conversión de leñosos de olivar, almendro y viñedo de secano a regadío, con 875.000, 400.000 y 140.000 ha, respectivamente. Otro leñoso de nueva implantación -y de crecimiento muy rápido- es el pistacho, con 20.000 ha, en su mayoría, en Castilla-La Mancha.
  • Aunque resulte contradictorio, a primera vista, los recursos dedicados a la modernización de regadíos por formas más eficientes, no se han utilizado para esto sino para ampliar las zonas regables.
  • En los últimos 25 o 30 años el consumo de agua ha crecido mientas el agua disponible se ha reducido entre un 15 y un 20% por el cambio climático que ha actuado reduciendo el régimen de lluvias y aumentando la temperatura, lo que supone mayores índices de evaporación.
  • Son espacios naturales amenazados por la extracción de los pozos y la desmedida voracidad del regadío: el Parque natural de Doñana, las Tablas de Daimiel (a las que se le hacen trasvases de emergencia para evitar que se vuelvan a producir los incendios subterráneos de las turberas), los humedales manchegos (Las Lagunas de Ruidera, por ejemplo), el Mar Menor,…
  • Sobreexplotación de los acuíferos: en la última campaña de inspección del Seprona en Cuenca, Albacete y Ciudad Real se descubrió que el 99% de los pozos tenían los caudalímetros manipulados para poder extraer más de los 7.000 m3 anuales autorizados.
  • La proliferación del regadío supone un uso masivo de fertilizantes y plaguicidas que contaminan de manera severa el entorno (pensemos en la eutrificación y las muertes masivas de peces que se produce en el Mar Menor). El uso de nitratos como abono, junto con los que producen las macrogranjas intensivas ha hecho que, en los últimos años, el agua de abastecimiento doméstico de más de un millón de personas supere los niveles autorizados, lo que supone un riesgo para la salud de las personas y obliga al abastecimiento de poblaciones mediante cubas o barcos.
  • En las zonas costeras, la sobreexplotación de los acuíferos conlleva la contaminación salina de los mismos por una pérdida de caudal que permite la entrada de agua salobre procedente del mar. En el Campo de Cartagena esta salobridad se ha intentado contrarrestar con mini desaladoras instaladas bajo tierra para no ser detectados los pozos, llegando, incluso a enterrar vehículos para utilizar sus baterías -y no un tendido eléctrico convencional- como fuente de energía para estos dispositivos ilegales. Más aún, cuando se produjo la larga sequía se autorizó la creación de «pozos de sequía» que, superado el periodo de falta de precipitaciones, continúan operativos.
  • El 44% del agua subterránea de España está en mal estado, bien por estar sobreexplotada o por contaminada por nitratos o por ambas razones.
  • Hemos vivido 30 años de absoluta falta de control.
  • El retorno del consumo de las ciudades es de un 80%, mientras que el del regadío es de sólo el 10%.
  • Necesitamos recuperar el equilibro hídrico consumiendo, de manera racional, un recurso que es limitado y que, cada vez, es más escaso. En consecuencia, debemos planificar su uso y limitarlo para que se acomode a las existencias, priorizando los usos básicos y limitando la explotación desmedida del recurso. Esto significa reducir la superficie regable y las explotaciones de macrogranjas intensivas.
  • El 75% de la producción hortofrutícola española se dedica a la exportación, por lo tanto el problema no es de abastecimiento.
  • España es «el primer productor mundial de aceite de oliva; tercero en producción de vino; primer exportador de frutos rojos de la UE, junto a Países Bajos; y tercer país en producción de carne de cerdo a nivel mundial y primero de Europa.» (pág. 43)
  • Aguacate y mango en Málaga, sin comentarios.

En la Loma de Úbeda, en Jaén, perforan el suelo como si no hubiera un mañana en busca de agua para salvar los olivares y pinchan en el acuífero gigantesco y confinado del que nadie sabía hasta entonces. El agua liberada tiene tal presión que sale a razón de 100 litros por segundo. Los olivos celebran su conversión al regadío multiplicando hasta por cinco la cosecha típica de un año de lluvias con el árbol en secano. La fórmula vigente de la PAC, que pagaba entonces por producción, riega los bolsillos de los olivareros de la Loma. El efecto contagio es inmenso. El que ve los árboles del vecino rebosando aceituna preñada de aceite pincha sus tierras sin descanso ni autorización en busca del agua. “Aquello era un dineral”, dicen acordándose de la sensación cuando cobraron la PAC los primeros años de puesta en riego.
Cuando, a finales de 1995, vuelvan las lluvias de forma abundante, nadie en la Loma de Úbeda se planteará ya devolver a secano sus olivos. Al contrario. Siguen perforando sin descanso y extendiendo la puesta en regadío, alentados por los anuncios orgullosos de las administraciones sobre su capacidad de producción. Muchos en La Loma intentan lograr que se regularice su situación, formar una comunidad de regantes, organizar los riegos, pero la lentitud, las competencias de ida y vuelta entre administraciones y algunas irregularidades, corruptelas y corrupciones en los procesos estancan la tramitación y con ello la posibilidad de poner orden en las extracciones del acuífero, que aún hoy siguen sin estar ordenadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, pese a las zonas ya agotadas de la masa de agua y la vuelta al secano de
parte de los árboles por la fuerza de la realidad. Una parte de los pozos se ha secado. El acuífero de la Loma, en sólo 30 años desde que se descubrió, está dañado.

«Así daño españa sus reservas futuras de agua» – Revista eldiaro.es, pág. 46

En el Campo de Cartagena, las 52 autorizaciones por cinco años para desalobradoras son revocadas a principios de siglo pero ni se controló su cierre efectivo ni el crecimiento de nuevas instalaciones bajo el suelo sin autorización. Nadie abrió expediente a una sola instalación hasta 2014. Cuando se intentó regularizar el caos, las desalobradoras se contaban por cientos, eran subterráneas, se ocultaban bajo trampillas, incluso enterrando vehículos para alimentar con sus baterías las instalaciones evitando que el tendido eléctrico diese la pista para localizarlas. Hubo un intento de regularización en 2012. Los agricultores cooperaron convencidos del proceso acompañando a los agentes sobre el terreno pero pronto se vio que aquello era de tal magnitud que el Excel con las coordenadas de ubicación se guardó cuidadosamente en un cajón hasta que un comisario decidió abrir el melón.

Ibid, pág. 48

En 2011, también buena parte de las aguas subterráneas de la cuenca del Ebro a su paso por Aragón tenía ya un problema de contaminación por nitratos por los fertilizantes de la agricultura. En abril de ese año, el alcalde de Ejea de los Caballeros, el socialista Javier Lambán, quien después se convertiría durante varias legislaturas en presidente de la autonomía, inauguró junto a la catalana Vall Companys una fábrica de piensos en su municipio. Dos años después, Vall compraba un matadero en la misma localidad. Estaba cerrando el círculo para trasladar a Aragón su modelo de ganadería industrial integrada para poder seguir con sus planes de expansión internacional.
Iba a necesitar cerrar contratos de integración con muchas granjas de engorde y de cerdas madre para alimentar sus instalaciones, en cuya ampliación no parará de invertir una y otra vez. Las granjas necesitan estar a poca distancia para ahorrar costes de transporte y mantener el negocio de la carne barata. Vall Companys no es la única integradora que puso los ojos en las despobladas tierras de Aragón. Allí han crecido también en la segunda década del siglo otras integradoras de gran tamaño como Piensos Costa. Los ganaderos, que no son dueños de los cerdos pero sí responsables de la gestión de sus excrementos, no pueden permitirse trasladar los purines a más de cinco kilómetros de las granjas si quieren mantener la rentabilidad. La solución: en muchos casos sobrefertilizan las tierras a su alrededor extendiendo los purines una y otra vez, una y otra vez sobre el mismo terreno. El impacto en las aguas subterráneas figura ya en los documentos del Plan de Tercer Ciclo de la Confederación Hidrográfica del Ebro

IBid, pág. 50-51

A modo de reflexión:

  • Los recursos naturales son limitados. Ni se puede pescar sin límite, ni se puede extraer agua como si fuera un recurso que nunca se va a agotar.
  • Los ríos son seres que deberían ser protegidos jurídicamente. Su aportación a los mares es fundamental y el ecosistema que se genera en su cauce no puede ser eliminado de manera impune.
  • la sobrexplotación de los acuíferos supone la salinización de los mismos en las zonas junto al mar, pues la falta de presión permite la entrada del agua del mar en unos cauces subterráneos que se convierten en aguas inutilizables.
  • Las explotaciones intensivas, tanto agrícolas como ganaderas, tienen un impacto sobre el medio ambiente demoledor. Más aún, no permiten la fijación de población ni aportan riqueza a la zona. Son procesos industrializados altamente tecnificados (con poca necesidad de mano de obra) en manos de grandes empresas y fondos de inversión que llevan sus beneficios muy lejos de esas poblaciones, dejando, en cambio, una zona con altos niveles de contaminación y un consumo elevadísimo de sus aguas. Unas empresas que acaparan tierras y agua, haciendo desaparecer a los pequeños productores y a las explotaciones familiares y extensivas que terminan vendiendo sus tierras y concesiones.
  • España puede producir alimentos, pero no tiene por qué ser la encargada de producirlos para toda Europa. Los largos periodos de sequía, la reducción de los caudales y la contaminación de sus aguas hace imposible (medioambientalmente) esta pretensión.
  • No es admisible que la codicia de unos pocos haga que poblaciones enteras estén sin agua, dependiendo de camiones cisterna que no llegan los fines de semana y de agua marrón en los grifos que les obliga a pedirles a sus hijos que cierren bien los ojos y la boca cuando se duchan. Esto no es admisible; no fija población, ni hace atractiva la vida en el medio rural. ¿Quién va a querer vivir así?
  • Recordemos que el derecho al agua es un derecho humano fundamental. De ahí que en Ley de Aguas se considere prioritario el uso para abastecimiento humano frente a su utilización productiva.
  • Abandonemos cultivos subtropicales como el aguacate o el mando, por muy rentable que sean cuando hay agua suficiente, en zonas donde no son climáticamente sostenibles.
  • Es planificación lo que se necesita y alguien que desde las instancias de decisión sea capaz de decir ¡basta!. No se pueden crear expectativas de regadío en zonas donde no es posible. Del mismo modo, es necesario reconducir el reparto del agua según criterios sociales (de economía local y fijación de población) y no por criterios de productividad.
  • Porque ahora lo rural se siente tratado insolidariamente y abandonado.

Claro que hay futuro

Yayo Herrero, «Podemos vivir mejor… y con menos recursos» (Revista Público – «La izquierda ante una nueva época»)

  • Si admitimos que hemos excedido los límites de nuestro planeta. («Forzosamente, hemos de aprender a habitar la Tierra de otro modo»)
  • Si reconocemos que el crecimiento no puede ser ilimitado, ni los procesos de extracción y producción. Es decir, si comprendemos los fundamentos de un capitalismo que lleva a divinizar el crecimiento económico que nos ha abocado a la situación actual.
  • Si reconocemos que el capitalismo, basado en su único principio: la codicia, sólo genera la acumulación de riqueza en unos pocos que se pueden permitir desperdiciar, sin pudor, lo que otros necesitan para sobrevivir.
  • Si recuperamos el sentir de formar parte de una comunidad y buscamos soluciones integradoras en las que todos participen, tanto los estados como los grupos que conforman los estados. Esto no va de la solución llevad a cabo por un individuo o país aislado. Es necesaria una coordinación global para que realmente las soluciones sean eficaces.
  • Si activamos la imaginación y la creatividad para proyectar nuevas soluciones.
  • Si comprendemos el compromiso de las generaciones actuales con las siguientes y perdemos esa mirada bisoña.
  • Si entendemos que no nos queda tiempo para reaccionar. «El retraso se paga en vidas, cuanto antes empecemos, mejor».

«el mundo en el que nuestra especie ha habitado durante miles de años ya no existe. Forzosamente, hemos de aprender a habitar la Tierra de otro modo. Asistimos al desmoronamiento de un sistema económico y social basado en una racionalidad desconectada de la naturaleza y sus límites»

queramos o no queramos, viviremos globalmente con menos bienes y producciones de la tierra: agua, cosechas, tierra fértil, capacidad de los territorios para producir alimentos, energía, materiales… El decrecimiento, para mí, no es una propuesta política. Es el contexto material en el que se va a desenvolver la vida en común. Se trata de cómo abordar la contracción material de la economía, con qué prioridades y qué correlación de fuerzas.

Muchas personas ya sufren individualmente la contracción material
en sus vidas cotidianas. El mercado aplica su cartilla de racionamiento. Cuando es el mercado el que raciona, comes, te calientas o te iluminas solo si lo puedes pagar. Solo si tienes dinero, mereces lo que necesitas para vivir. Si tienes dinero, tienes incluso el derecho a despilfarrar lo que otros y otras necesitan para vivir con suficiencia.

Negar la crisis, mirar hacia otro lado o intentar resolverla desde la lógica del mercado supone dar una patada hacia delante. Hace más veloz la destrucción ecológica, profundiza las fracturas sociales y la explotación de personas y territorios, intensifica el extractivismo y el despojo en los pueblos del Sur Global y endilga el problema a las generaciones más jóvenes y a las que aún no han nacido. En el contexto capitalista, las crisis ecosociales se encaran callando las voces discrepantes, extremando las medidas autoritarias, recortando de derechos sociales y económicos, presentando la migración como un problema de seguridad y buscando chivos expiatorios en los apuntalar el éxito electoral o justificar el fracaso.

Hoy los imaginarios sociales, especialmente en los países más ricos, se inscriben en los paradigmas del crecimiento, el consumo y los proyectos de vida individualizados y que, sin un amplio apoyo social, es evidente que no se podrán abordar en profundidad y con urgencia los cambios necesarios. En mi opinión, el punto de partida supone realizar un enorme esfuerzo para que un sector significativo de la sociedad entienda que este cambio es claramente a mejor para una buena parte de la sociedad, aunque es verdad que algunos sectores privilegiados tendrían que aprender a vivir de una
forma más sencilla.

Este proceso no puede hacerse de arriba a abajo sin correr el riesgo de caer en dinámicas autoritarias, generar una respuesta social de oposición o caer en la irrelevancia de las soluciones. Requiere un abordaje integral y una proyección que maneje el corto, medio y largo plazo. Una transición energética o de la movilidad, al margen de la transición del resto de los extractivismos o de la garantía de las condiciones de vida de todas las personas, no es justa.

La puesta en marcha de un proyecto centrado en la construcción de una sociedad de la suficiencia, igualitaria y democrática, en la que las personas estén y se sientan a salvo, puede ser estimulante y motivadora.

YAYO HERRERO (Antropóloga, ingeniera, profesora
y activista ecofeminista española)

El catastrofismo como mecanismo de defensa

https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/catastrofismo-climatico-lujo-no-permitir_129_10413162.html

Resulta demasiado inquietante vivir con la idea de un futuro impredecible, de ahí que se opte, con facilidad, por el derrotismo. Suponer la derrota inevitable otorga una sensación de seguridad (de predictibilidad) y, al mismo tiempo, de larvado optimismo; pues si me equivoco, todo con lo que me encuentre será algo mejor.

En la lucha contra el cambio climático, mucha gente parece buscar más pruebas de que estamos derrotados que de que podemos ganar […]

Es una rendición por anticipado que incita a otros a hacer lo mismo. Cuando se anuncia que el resultado está cantado y que ya hemos perdido, nos quitan la motivación para participar. Y por supuesto, no hacer nada significa conformarse con el peor resultado de todos. […]

No sé por qué tanta gente parece entregada a sembrar el desánimo, pero tal vez sea por una confusión entre hechos y sentimientos. Siempre digo que respeto la desesperación como emoción, pero no como análisis. […]

Los sentimientos se merecen todo el respeto como sentimientos, pero como fuente de información solo hablan de ti.

[…] es lo que Antonio Gramsci quería decir con su célebre frase “pesimismo del intelecto, optimismo de la voluntad”.

Rebecca Solnit, The Guardian

¿Es posible la reacción de la izquierda?

¿De dónde vienen estos «lodos»?

Es difícil saber cuándo empezó a formarse la ola que ahora moja nuestros pies y ha llenado de fango la cocina. El viento y las corrientes la moldean en alta mar y ella, testaruda e incierta, se abre paso ya por gran parte de Europa.

jairo vargas – revista público – «la izquierda ante una nueva época», pág. 3

Polonia, Hungría, Italia y Finlandia ya cuentan con la extrema derecha en sus gobiernos con el apoyo de otras fuerzas política o en solitario. En Francia, Grecia, Portugal o España su avance es más que notable. ¿Dónde están las cocinas de «alta mar»? Esos lugares en los que se perfilan estrategias y técnicas cada vez más depuradas, sofisticadas y precisas ¿Cómo no nos hemos dado cuenta de algo que ahora parece imparable? Una pérdida de los social y de lo común frente a un individualismo sin sentido. Un retroceso en el reconocimiento del Estado de derecho y de la diversidad y tolerancia como elementos básicos de cualquier estado moderno.

“El miedo que genera la derecha radical no es tanto el de perder unas elecciones en democracia, sino el de perder la democracia en unas elecciones”

jorge tamames, ibid, pág, 36

“Los problemas políticos y económicos actuales resultan cada vez más incomprensibles para el ciudadano medio: globalización, desindustrialización, crisis climática, migratoria y energética que amenazan modos de vida”. […]

Ante estos problemas, resume, la única propuesta de la ultraderecha es negarlos, y para millones de votantes parece la solución más cómoda. Solo hay que oponerse a todo, destruir consensos, incluso los científicos. Ridiculizarlos bajo la etiqueta de “progre”. Fabricar un enemigo, o varios, siempre lejanos, siempre de otra pasta. Edulcorar un supuesto pasado mejor, regresar a valores culturales tradicionales y poner la nación por encima de sus propios habitantes. Ha sido la receta de la extrema derecha, desde Donald Trump en EEUU a Jair Bolsonaro en Brasil, pasando por el triunfo del brexit en Reino Unido.

nere basabe, ibid. pág. 3-4

La izquierda, que simplifica menos y trata de analizar las fuerzas en concurso, no es capaz de proporcionar un enemigo tangible. La derecha acusa a los inmigrantes, a las feministas y al lobby homosexual. Eso es fácil de entender. Frente al desconcierto semántico, insiste en llamar “las cosas por su nombre”: hombre es hombre, mujer es mujer, España es España. Frente a esas respuestas sencillas y ancestrales todo es ideología: ideología de género, ideología de los derechos humanos”, apunta Alba Rico.

alba rico, ibid. pág. 4

La ola reaccionaria avanza sin que haya razones objetivas. La economía crece tras una dura pandemia, el desempleo marca mínimos históricos, la inflación está entre las más bajas de Europa, igual que el precio de la energía. Frente a los recortes sociales de la anterior crisis, de la que bebió el primer auge ultra en Europa, la respuesta a esta ha sido más gasto público. “El problema es que la derecha y la ultraderecha están siendo capaces de imponer sus marcos. Si hay un problema de acceso a la vivienda, ellos hablan de okupas; si faltan servicios públicos, ellos culpan a los migrantes. No quieren hablar de política o de economía, se centran más en la emoción que en la gestión. Es un rasgo propio del populismo”.

nere basabe, ibid. pág. 5

El punto de inflexión se produce en España con la irrupción de Podemos y de su fuerza, capaz de entrar en un gobierno, aunque después lo fuera de coalición y con menos fuerza de la prevista al principio. Aquí nació una confabulación de los poderes del Estado que vieron peligrar sus privilegios, poniendo en marcha a los medios de comunicación y a las «cloacas del Estado» para acabar con ellos, creando una polarización política y social que atraviesa España, y el consiguiente debilitamiento de una izquierda cada vez menos movilizada.

Pero las olas siempre son efímeras. Tarde o temprano se acaban retirando. Quizás el riesgo de esta mar picada no es tanto la fuerza o la altura del manto de agua revuelta. Lo preocupante es el sedimento, el poso de fango que deje en la orilla y los muebles que no se salven del salitre y la humedad.

jairo vargas – revista público – «la izquierda ante una nueva época», pág. 5

La crisis del neoliberalismo

El capitalismo vuelve a estar en crisis. Lo está en esa forma política que es el neoliberalismo. Y, como en ocasiones anteriores, se pone a prueba, de nuevo, sus asombrosa capacidad de adaptación.

Las recetas neoliberales comenzaron a aplicarse en los años 70: una furiosa apelación anti-Estado y pro-mercado, con propuestas de privatizaciones masivas, bajadas de impuestos y desregulación en todos los ámbitos, incluido el laboral. Estas propuestas asumidas por la derecha y ultra derecha actuales se han demostrado contraproducentes y han demostrado que realmente «no es que quieran reducir el Estado, pues lo que pretenden es que sirva solo a los intereses de los agentes que dominan el mercado.» (Marga Ferré, Copresidenta de Transform Europe, Ibid, pág. 32)

Sus propuestas de austeridad draconiana nacen de un análisis ridículo. Las reglas fiscales del límite del 3% de déficit público fue una ocurrencia de Guy Abeille, asesor de Mitterrand, al que ese número le pareció una bonita cifra sin ningún tipo de análisis: “Esta cifra del 3% la imaginamos en menos de una hora, nació en la esquina de la mesa, sin ninguna reflexión teórica”. Así lo confensó a Le Parisien. La del límite de deuda pública del 60% se calculó a partir de la deuda media de los países de la UE en 1992 y se sigue proponiendo como referencia aunque la situación de los países haya cambiado y hayan pasado más de 30 años.

Sin embargo, el miedo y la rabia que nacen de una situación de crisis e incertidumbre ha sido utilizada por la extrema derecha para presentarse como partidos nuevos, anti establishment, como rebeldes. De ahí que atraigan a votantes jóvenes.

Un nuevo proceso constituyente

La situación ante la que nos encontramos implica reconocer la imposibilidad de un crecimiento ilimitado en un mundo limitado y la necesidad de una «Economía Planificada» que desmercantilice parte de la economía (educación, sanidad, pensiones, vivienda, trasporte, alimentos, agua, energía y comunicaciones) para hacer posible una vida humana para el conjunto de la sociedad. Leigh Phillips y Michal Rozworski, teóricos de la planificación, proponen que la producción y la distribución estén subordinadas a las necesidades humanas y no a la codicia irracional y sin límites que caracteriza al capitalismo más salvaje.

En suma, la propuesta pasa por un nuevo «contrato social» en el que se sienten la bases de nuevas formas de participación democrática en la toma de decisiones y la creación de nuevas instituciones y estructuras políticas. Un nuevo proceso constituyente que permita afrontar desde valores humanos los retos a los que nos tenemos que enfrentar de manera ineludible: cambio climático, acceso al agua, cambios en el modo de entender el trabajo con la irrupción de la robótica y la IA, nuevas relaciones internacionales, nuevos mecanismos de participación y de redistribución de la riqueza, acceso a los bienes públicos esenciales, etc., etc., etc.

Y si el camino fuera recuperar la «Interculturalidad»

“Hace falta un proyecto internacional, coordinado de forma internacionalista, para afrontar la desigualdad, la deshumanización, los muros más altos, la crisis climática, las sequías, el racismo, los enfrentamientos del penúltimo contra el último, jaleados en medios y redes”

olga rodríguez, Ibid., pág. 2

¿Por qué hay tanto ratón escuchando y votando a gatos?

Muchas personas se consideran a sí mismos como «patriotas preocupados» a los que el sentimiento de frustración en el que viven les lleva a un odio que proyectan sobre los partidos independentistas y de izquierda que gobiernan. Son personas que

Actúan en contra de sus intereses pensando que votan a favor de sus principios. Unos principios que se resumen en un nuevo dios: la patria; que actúa como explicación de todo, como ideal, como meta, como fundamento, como esencia última que ser:

Si no puedes pagar la hipoteca: España. Si no tienes trabajo: España. Si tienes hambre: España. Si no tienes casa: España. España. España. España. Eso es lo que te dice Vox.

Gabriel Rufián

Hay una clase trabajadora que vota al PP y a Vox porque su referente es el amo, no los compañeros. Es decir, no tienen como modelo la solidaridad ni hacen grupo para defenderse del ataque y de la opresión de los de arriba, porque son precisamente su referente.

el gran wyoming

La ultra derecha ha proporcionado a personas frustradas, enfadadas, pobres -aunque se consideren «clase media» sin serlo:

  • Un ideal. Un proyecto. Algo valioso que está por encima de los individuos: la patria; España. El nuevo dios.
  • Un símbolo: la bandera.
  • Una base «sólida» y conocida sobre la que sustentarse: las tradiciones (la defensa de lo tradicional, lo de siempre). Frente a las «ocurrencias» de la izquierda que sólo quiere hacer experimentos y añadir extravagancias; o dejar que entren tradiciones extrañas, en nivel de igualdad con las tradiciones propias.
  • Una explicación a la causa de sus problemas: la existencia de una conspiración de las élites progresistas empeñadas en forzar el reemplazo de las costumbres y la eliminación de los nacionales por extranjeros que van a acabar con lo nuestro.
  • Un enemigo fácilmente identificable: los extranjeros (de otras culturas y religiones). Unos pobres, más pobres aún que ellos, que compiten por los trabajos peor pagados y con unos índices de natalidad más altos que los nacionales. Personas fácilmente identificables por su aspecto o color de piel a los que se acusa de ser los culpables de todo: de la inseguridad «real o inventada» en las calles; de la bajada de los salarios; de un gasto social que sólo ellos se llevan, quitando recursos para los autóctonos.
  • Otro enemigo, también fácilmente identificable: el Presidente del Gobierno; al que hacen responsable de todo lo que pasa, incluida la sequía o la pandemia.

La izquierda, en cambio,

  • Carece de ideal. Sus propuestas están tan diversificadas que aturden: el medio ambiente, el feminismo, la protección de los transexuales, el no a la guerra, el sí a la guerra, lo moderno, lo diverso, el no a la prostitución (o quizá no tanto), lo anti normativo, la ecología, el veganismo, el vegetarianismo, el rechazo a la gordofobia o al turismo, el trashumanismo, la bicicleta, la regularización del cannabis, el ateísmo,…
  • No sabe transmitir su proyecto porque ha dejado de crear una idea fuerte que sirva como aglutinante de sus votantes.
  • Carece de control sobre los medios de comunicación (propiedad de las grandes empresas que han descubierto su importancia) y sobre las redes sociales que, machaconamente, repiten los eslóganes de la ultra derecha construidos para resultar fáciles de aprender: «quieren acabar con España»; la culpa es de «perro xanchez»; «las paguitas para los extranjeros»; «nos roban»; «si sales a comprar el pan, te okupan la casa»; «nos están invadiendo y no hacemos nada por evitarlo»; «siempre ha habido fases de calentamiento en el planeta»;…
  • Ofrece miedo y no ilusión o esperanza: es el miedo al cambio climático, a las epidemias, a la próxima crisis económica, a la falta de combustibles, a la guerra, a las olas de calor, a la subida del nivel del mar,…
  • Sus propuestas son tremendamente incómodas porque empeoran la vida de la gente: comer menos carne; dejar de usar el coche; peatonalizar el centro de las ciudades; aceptar lo diferente; reducir el turismo; reducir el consumo; asumir la necesidad del decrecimiento; la desunión de España;…
  • Su voracidad es ilimitada, exigiendo cada vez más impuestos para hacer posible sus planes para reducir la desigualdad o para afrontar su diversidad alocada de proyectos incómodos.
  • Además, cada vez menos países están gobernados por este tipo de partidos.
  • La izquierda no es nacionalista.

«Porque toda ola reaccionaria tiene, en su raíz, la misma fórmula elemental: miedo, odio, fanatismo y un absoluto desprecio por la ciencia, por el conocimiento, por la cultura y por la verdad.»

ignacio escolar – director de eldiario.es

De lo español: españoles y enemigos de España

En politología se tiene claro que los tres motores para vencer en política son: el miedo, el rechazo y la esperanza (siendo este el más poderoso y difícil de activar pues mueve al entusiasmo por lo que se quiere alcanzar).

Del mismo modo, la simplificación es la estrategia que evita hablar sobre las tres o cuatro propuestas que forman parte de los programas de los distintos partidos. Eso es lo que está creando la derecha y la ultraderecha con el «sanchismo» y el concepto de su «España». Crear un «marco reduccionista, simplificador y binario que evite de alguna forma o que disuelva la discusión o la deliberación sobre políticas públicas concretas o sobre un proyecto de país» (Andrés Gil – ElDiario.es). Todo ello con un toque de nacionalismo, de protección de nuestro campo y de lo rural, de nuestros agricultores y ganaderos, de la tradición y de una parte de la Constitución.

Lo «español», «España», es un concepto muy emocional (como lo fue «la casta» para Podemos), un concepto que excluye cualquier forma de nacionalismo-independentismo y que convierte en «enemigo» a cualquiera que ponga en cuestión «lo español» tal y como ellos lo entienden (no aceptan otra forma de hacerlo). Y con ello consiguen el objetivo indicado arriba: crear un enfrentamiento entre buenos y malos, simplista y reduccionista (fácil de entender para todos y con una fuerte carga emocional) con el que orientan la actividad política y consiguen dejar de lado las propuestas concretas que cada partido lleva en su programa electoral. Objetivo cumplido.


PROPUESTAS PARA UN ESTADO LAICO BASADO EN LA LIBERTAD DE CONCIENCIA – (Europa Laica)

  1. Modificar los artículos 16 y 27 de la Constitución, para construir un Estado verdaderamente laico y una enseñanza laica.
  2. Las confesiones religiosas se deben regir por el derecho común, como cualquier otra asociación privada, suprimiendo la excepción legal actualmente existente.
  3. Denunciar y derogar los Acuerdos de 1976 y 1979 con la Santa Sede, así como los existentes de 1992 con las confesiones minoritarias.
  4. Suprimir la financiación a la Iglesia Católica que recibe a través de la Asignación Tributaria del IRPF. Las confesiones religiosas deben autofinanciarse.
  5. Fiscalizar la financiación pública a las confesiones religiosas realizada por cualquiera de las administraciones del Estado, y su control parlamentario.
  6. Suprimir los privilegios fiscales de la Iglesia católica; caso particular con la exención del IBI y aquellas incompatibles con el derecho europeo.
  7. Promulgar una Ley Orgánica de Libertad de Conciencia, derogando la actual Ley de Libertad Religiosa de 1980, que garantice la libertad de pensamiento y convicciones de todo tipo. (Europa Laica dispone de una propuesta articulada para esta Ley).
  8. Promulgar un Reglamento de Laicidad que regule y haga efectiva la aconfesionalidad y neutralidad del Estado en relación con los actos y simbología institucional, la participación de cargos públicos en actos religiosos, la no donación de suelo público para entidades religiosas así como cualquier aspecto relacionado con esta materia.
  9. La escuela y la universidad deben ser pública y laica, suprimiendo del ámbito educativo la religión confesional y cualquier tipo de adoctrinamiento, así como suprimir de forma progresiva la financiación pública de los centros con ideario propio.
  10. Los servicios de Sanidad y Asistencia Social se ofrecerán de forma prioritaria por el Estado, revirtiendo aquellos de titularidad o gestión privada que estén mantenidos con recursos públicos.
  11. Derogar del Código Penal los delitos de ofensa a los sentimientos religiosos, así como cualquier otra legislación limitativa de la libertad de expresión.
  12. Retrotraer los bienes inmatriculados por la Iglesia Católica, afectando al Patrimonio del Estado los bienes muebles o inmuebles de interés histórico, artístico o cultural, incluidos los de raíz religiosa.
  13. Impulsar una Carta Europea por la Laicidad y la Libertad de Conciencia que garantice estos derechos en un ámbito supranacional europeo, en condiciones de libertad e igualdad, sin privilegios ni discriminación, de acuerdo con la DUDH. (Europa Laica dispone de una propuesta articulada para esta Carta).

¿Por qué la gente vota a idiotas?

https://polileaks.es/por-que-la-gente-vota-a-idiotas/
Cristóbal Crespo – 20 de mayo de 2023

Hacer o decir cosas poco inteligentes no es un obstáculo para el éxito político. Existen varios factores psicológicos que ayudan a que aparentes idiotas sean elegidos para cargos de responsabilidad una y otra vez, perjudicando en muchos casos el desarrollo del conjunto de la sociedad.

Decía Napoleón Bonaparte que en política, la estupidez no es una desventaja. No diremos que absolutamente todos los políticos sean pésimos — si lo fuesen el sistema quizá acabaría colapsando y no es el caso — pero lo cierto es que la gran mayoría tienen una pésima reputación.

[…]

Para dejar constancia, no diré que todos los políticos son idiotas (aunque la definición de imbécil puede variar), pero muchos lo son. Y si un político es inteligente, siempre deberá fingir cierto grado de estupidez para lograr éxito político.

Confianza e inteligencia

Las personas seguras de sí mismas son más convincentes, y así lo han demostrado numerosos estudios. Y podemos poner un ejemplo: en un juicio, un testigo con confianza es más convincente para el jurado que uno nervioso e indeciso. Lo mismo se puede aplicar y observar en muchos otros contextos como en el de los comerciales o vendedores, donde el fenómeno de la confianza ha sido explotado durante décadas.

Los políticos son claramente conscientes de ello, por ello se forman en temas de comunicación y gestión de sus relaciones públicas. Cualquier político que no parezca seguro y confiado acabará siendo eliminado (metafóricamente hablando). Por lo tanto, la confianza es importante en política.

Sin embargo, el efecto Dunning-Kruger revela que las personas menos inteligentes suelen ser aquellas que están increíblemente seguras de sí mismas. Las personas más inteligentes, en cambio, no lo están en absoluto. La autoevaluación es una habilidad metacognitiva muy útil, pero que requiere de inteligencia; si no tienes mucha, no te considerarás un ignorante, porque técnicamente no tienes la capacidad de hacerlo.

El efecto de Dunning-Kruger también señala que las personas con escaso conocimiento tienden a pensar que saben mucho más de lo que en realidad saben y a considerarse más inteligentes que personas mucho más preparadas. El agravio, según Kruger es doble: los más incompetentes «no solo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello».

Revertiendo este efecto en política, si quieres que una persona segura de sí misma represente a tu partido político, elegir a una persona inteligente sería una mala elección en muchos sentidos.
[…]

La política es complicada

Gestionar efectivamente un país de decenas de millones, cada uno con diferentes requisitos y demandas, es un trabajo increíblemente complicado y hay casi infinitas variables que deben ser consideradas. Desafortunadamente, resumir este trabajo en los medios de comunicación resulta prácticamente imposible, por lo que aquellas personalidades menos inteligentes pero más seguras de si mismas son más persuasivas, y tienen capacidad para destacar con más frecuencia en los mismos.

Respuestas de Gore y Bush en una entrevista durante la campaña presidencial en EE.UU en el 2000

Temas complejos y discusiones demasiado intelectuales pueden desmovilizar a la ciudadanía. Mucha gente puede no tener experiencia o conocimiento sobre el tema, o pueden encontrarlo demasiado intimidante para querer involucrarse, porque hacerlo con éxito requeriría mucho tiempo y esfuerzo. Pero la política, y especialmente la democracia, requiere que la gente se involucre.

[…] pero si alguien con ciertos conocimientos comienza a hablar sobre los tipos de interés o el control del déficit y gasto público, esto alejará a aquellos que no siguen o comprenden tales cosas. Por lo tanto, si una persona segura de sí misma dice que hay una solución simple o promete hacer desaparecer el gran y complicado asunto, parecerá algo mucho más atractivo para el votante de turno.

Esto también se demuestra por la Ley de Parkinson de la trivialidad, donde las personas tienden a perder mucho más tiempo y esfuerzo enfocándose en cosas triviales que en entender algo complicado. Y es que lo primero, como mencionamos antes, ofrece mucho más margen para contribuir e influir, y a la gente le encantan las cosas triviales. Por lo tanto, que las personas menos inteligentes descarten y conviertan en ínfimas los grandes problemas existentes, ayuda definitivamente a ganar votos.

Las bases más iletradas son grupos sociales con un amplio poder electoral, sin capacidad crítica para pensar por si mismos, por lo que resultan muy fáciles de movilizar, y los políticos sin duda tienen facilidad para conectar con ellos. Aunque uno quiera para gobernar una persona inteligente que entienda los métodos para dirigir un país o un pueblo de la mejor manera posible, la ciudadanía parece sentirse atraída por demostraciones de habilidades intelectuales cuestionables.

A los votantes les gusta socializar

¿Cuántas veces hemos oído aquello de «me iría de cañas con tal político»? Esta cercanía que muestran algunos políticos les permite establecer cierta conexión con la ciudadanía, generando confianza y empatía que ayudan a ‘encajar’ entre los votantes.

Y es que el elitismo en política es una cualidad negativa. La idea de que aquellos que dirigen y tienen poder están desconectados de la sociedad es preocupante para muchos ciudadanos, lo que explica los constantes esfuerzos de los políticos por «encajar».

[…] Pero a la gente realmente no le gusta que le digan cosas que no quieren escuchar. Los ciudadanos son muy conscientes de su estatus social; y necesitamos sentir que somos superiores a los demás de alguna manera para mantener nuestra autoestima. Como resultado, alguien más inteligente diciendo cosas complicadas sobre hechos incómodos (pero reales y precisos) nunca va a ser atractivo para nadie. Pero alguien demostrablemente menos inteligente no desafiará el estatus social percibido sobre alguien, y si van a decir cosas simples que apoyen esos inherentes prejuicios y nieguen hechos incómodos, pues mucho mejor.

A pesar de que esto pueda parecer decepcionante, es la forma en que funcionan las mentes de las personas. Véase lo que ocurre en esta campaña electoral de 2023: ¿Para que hablar de cosas complicadas y de futuro cuando se puede hablar de ETA – un tema básico que todo el mundo conoce?

El único consuelo que nos queda a los afectados por el liderazgo de incompetentes es saber que somos más inteligentes por no ocupar esos puestos. Aunque si nos consideramos más inteligentes que los demás, según el efecto Dunning-Krugger, quizá es que en realidad no lo somos, y solo sería cuestión de tiempo, tal y como augura el Principio de Peter, que lleguemos a una posición destacada.


  • El efecto de Dunning-Kruger: es un sesgo cognitivo por el cual, las personas más incompetentes, las que menos saben de algo, tienden a pensar que saben mucho más que los demás, incluso que los expertos. En cambio, las personas más competentes se subestiman respecto a los demás y presentan sus opiniones de manera menos asertiva.
  • Ley de Parkinson de la trivialidad: las personas tenemos una tendencia natural a perder el tiempo en cuestiones sin trascendencia. Es el origen de la ineficacia y de las reuniones interminables en las que no se llega a resolver nada. Fue propuesta por Cyril Northcote Parkinson en 1957. Continúa plenamente vigente. Planteado a través de un ejemplo significa que: el tiempo dedicado a la discusión de una cuestión es inversamente proporcional a la complejidad e importancia de la misma.
  • Principio de Peter: «En una jerarquía todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia» (Laurence Johnston Peter, 1919-1990). En otras palabras, uno va ascendiendo en su nivel de responsabilidad según sus capacidades y se queda anclado en aquel nivel para el cual es incompetente.

Tucker Carlson se va, pero su veneno ultraderechista sigue

https://www.eldiario.es/internacional/tucker-carlson-veneno-ultraderechista-sigue_129_10160685.html

[…] Selección de partes del artículo. Los resaltes y la lista del principio no aparecen en el artículo de Carlos Hernández-Echevarría.

El trumpismo no se puede entender sin el presentador estrella de Fox News, cuyo gran legado es haber normalizado públicamente cosas que antes los líderes republicanos sólo se atrevían a susurrar.

— La estrella de Fox News Tucker Carlson deja la cadena tras el caso por las mentiras sobre el fraude electoral

— FOX News no le ha dejado ni despedirse.

Carlos Hernández-Echevarría

El reinado de Carlson en la tele de pago estadounidense ha cambiado el mundo. Sí, también para usted que no vive en EEUU y que a lo mejor ni le conoce. Muchas de las discusiones más rancias de su última cena de Nochevieja o de las peleas más absurdas que ve en la política nacional vienen directamente de “Tucker Carlson Tonight”.

  • La supuesta dictadura de lo ‘woke’.
  • La obsesión por las personas trans.
  • La lucha contra las “élites globalistas” que nos obligarán a alimentarnos a base de insectos.
  • Las “invasiones” de migrantes.
  • El victimismo en el que se ha instalado la derecha cuyos valores considera constantemente atacados. De ahí la necesidad de un enemigo contra el que luchar, sea el que sea: progresistas, personas trans, las élites, el resto de razas (no blancas), los científicos, los medios de comunicación,… [->La conspiranoia]
  • La denuncia de los ataques que está sufriendo el «supremacismo blanco» y la «cultura occidental», que considera superior a cualquier otra.
  • La deslegitimación de las elecciones y de la democracia representativa.
  • La justificación de la violencia.
  • Criticar a los medios de comunicación y a la «censura» que dicen ejercen dichos medios sobre la realidad que sólo él sabe presentar «como realmente es».
  • Como Trump, ha logrado presentarse como defensor de los humildes y enemigos de las élites, viniendo los dos claramente de la élite.

[Carlson] Estrenó su programa en FOX News sólo unos días después de que Trump ganara las elecciones de 2016 y entre los dos han transformado el ideario conservador en una letanía victimista de agravios y amenazas a la “cultura occidental”, la “civilización superior” y el poder político de los hombres blancos.

El trumpismo como movimiento y como realidad social no se puede entender sin Tucker Carlson. Había y hay en FOX News presentadores más cercanos al expresidente, algunos que prácticamente trabajan para él, pero ninguno que haya representado con tanto éxito su ideología. Como pasa con Trump, el gran legado del presentador es haber normalizado públicamente cosas que antes los líderes republicanos sólo se atrevían a susurrar: el supremacismo blanco, la deslegitimación de las elecciones, la justificación de la violencia…

Es normal que así haya compartido con Trump las alabanzas no ya del conservadurismo tradicional, sino directamente del Ku Klux Klan y otros grupos neonazis organizados. En sus propias palabras: “Usa todos nuestros argumentos” o “es nuestro mayor aliado”. Tienen razón, Carlson los ha llevado desde los márgenes del sistema al centro del Partido Republicano. De ser tóxicos para cualquier candidato a ver sus ideas reivindicadas en horario de máxima audiencia.

Incluso si muchos de sus tres millones de espectadores no compraban todo el discurso supremacista, han estado durante casi siete años viendo el mundo desde un prisma muy particular. Más allá de las ocasiones en que Tucker Carlson ha usado directamente el argumentario supremacista, la insinuación era constante: por ejemplo, Carlson dedicaba horas y horas de su programa a crímenes cometidos por migrantes. La agenda estaba clara. Sin embargo, un estudio elaborado en Texas concluye que los estadounidense cometen proporcionalmente más crímenes que los migrantes irregulares.

En esto y en tantos otros asuntos Carlson ha sido un precursor. FOX News siempre ha sido conservadora, pero él es quien ha ido rompiendo algunas barreras importantes: de criticar la inmigración ilegal a atacar la inmigración en general; de cuestionar a los demócratas a cuestionar la democracia representativa; de explicar que los neonazis no representan a los republicanos a poner sus argumentos en el centro del debate.

Contra la élite, desde la élite

La otra gran similitud entre Tucker Carlson y Donald Trump es una cierta ironía en el hecho de que ambos han logrado presentarse como defensores de los humildes y enemigos de las élites, viniendo los dos claramente de la élite. Del mismo modo, ambos reservan sus palabras más gruesas para criticar a los medios de comunicación y su “censura”, cuando han disfrutado de tribunas privilegiadas en medios masivos durante décadas.

Carlson se refiere a los medios como “animales rastreros que no merecen respeto” y “la guardia pretoriana de la clase dominante” como si él mismo no fuera el hijo de un gran ejecutivo de medios de comunicación y como si no hubiera tenido programas en cuatro de los canales de televisión más importante del país, después de haber trabajado como articulista en otras tantas publicaciones. Y aunque no fuera así, esas acusaciones las hizo ante millones de espectadores en la principal cadena de televisión de pago.

Agricultura en España

«El modelo de economía agraria intensiva es claramente piramidal: una base de asalariados mal pagados y precarios; un sector intermedio constituido por los pequeños propietarios que trabajan en la explotación con la mayor parte de su familia, endeudados y dependientes de los precios que se le fijan desde arriba, desde las comercializadoras, que constituyen la punta de la pirámide y donde se concentran los beneficios. De este modo, este modelo agrario genera una enorme disparidad de rentas entre los productores y los comercializadores pero, además, presenta un trato fiscal desigual respecto de otras actividades productivas municipales, ya que demanda servicios a la comunidad (caminos, red de evacuación de pluviales, iluminación) pero no tributa al municipio por ello.»

[…]

Como contrapeso a todo lo anterior [se refiere a la especulación, problemas medioambientales por el control de residuos plásticos que con la lluvia terminan en la costa, mal control de las balsas de fertilizantes…] se esgrime siempre la misma retórica: la agricultura intensiva es la principal fuente de empleo y riqueza de la Costa de Granada. Y es cierto que genera empleo, pero un empleo mal pagado, temporal, inestable, incapaz de generar rentas que arrastren al sector servicios y que repercuta en un incremento de la prosperidad general. Basta revisar la renta per cápita de los municipios cuya economía depende de esta actividad para constatar este hecho. Municipios casi monoespecíficos en el plástico como El Ejido, Berja, Albuñol, Gualchos o Adra se sitúan en posiciones de ranking de renta nacional casi mil puestos por debajo de Motril. Lo mismo ocurre al observar el grado de desigualdad medido con el índice de Gini: a mayor peso de esta economía, mayor desigualdad en la renta de sus habitantes.

Fernando Alcalde. Miembro de Buxus. Colaborador de otragranada.org

https://www.otragranada.org/spip.php?article890&lang=es

Ciencias Sociales – unas disciplinas singulares

Las Ciencias Sociales se han encontrado con detalles vinculados a su singularidad que pasa, fundamentalmente por el análisis de «hechos humanos» difícilmente cuantificables, no sujetos a la matematicidad, a la experimentación y sin capacidad predictiva a través de leyes. Algunos detalles que marcan esa singularidad tiene que ver con la influencia del observador:

  • Ley de Goodhart, Ley de Campbell o «efecto cobra»: la idea recuerda al principio de incertidumbre de Heisenberg: el observador, al realizar la observación (es decir, al medir el fenómeno) afecta sobre él alterándolo. Se le conoce como «efecto cobra» porque durante la India colonial se trató de reducir el número de cobras en el medio natural por el peligro que suponían sus mordeduras para humanos y animales. Para ello se propuso pagar a los cazadores de cobras por cada uno de los ejemplares que llevaban muertos a las autoridades. El resultado no fue el esperado; al revés: los cazadores de cobras se convirtieron en criadores de esas serpientes para asegurarse sus ingresos. Cuando las autoridades se dieron cuenta de lo perverso de su iniciativa, dejaron de pagar a los cazadores y estos, al serles ya inútiles, dejaron libres a las serpientes que criaban, provocando un aumento notable de las mismas en el medio natural.
  • La obsesión por convertir a las Ciencias Sociales en algo, lo más parecido posible, a las Ciencias Naturales, convirtiendo todo en algo cuantificable mediante indicadores que, muchas veces, son limitados, simplistas y manipulables. Por ejemplo, medir el valor de un científico por sus publicaciones en revistas especializadas o por las veces que son citados por otros investigadores («si me citas te cito»); un esfuerzo más por estar bien posicionado en los indicadores utilizados que por el valor del trabajo realizado. Esta «papermanía» (como algunos le lleman) ha llevado a todo tipo de comportamientos poco éticos para mejorar su consideración como investigadores: publicando trabajos sin completar, sin estar suficientemente comprobados, o directamente haciendo uso de investigaciones falsas o de plagios publicados en revistas de menor calidad (menos supervisadas por grandes editores y menos detectables). Establecer la calidad de las universidades por las publicaciones de sus profesores ha llevado a ciertas universidades de Arabia Saudita a «pagar» a investigadores españoles para hacer parecer que su trabajo se realiza en ellas, cuando son trabajadores de instituciones españolas. Es algo parecido a lo que ocurre con los controles de calidad de ciertas empresas, como los talleres de concesionarios que te piden abiertamente que les puntúes con 8 o más porque, por debajo, se considera un mal dato para quien analiza la calidad del concesionario. Ahí tenemos a empresas pagando a personas para que realicen reseñas positivas de sus productos, etc.
  • Los «indicadores clave de rendimiento» es otro ejemplo de lo anterior: de lo perverso que puede ser convertirlo todo en algo cuantificable. Es el caso de los que se utilizan en medicina dentro de la privada: por ejemplo, ¿cómo medir la calidad de un cirujano? ¿por el número de pacientes que no mueren en sus manos? Pues estás promoviendo un resultado perverso: nadie va a atender los casos más graves (esos que se derivan a la sanidad pública) porque sería poner el peligro la valía del médico dentro de su sistema y los incentivos que recibe.

A partir de la lectura de «El ‘efecto cobra’, o por qué vivimos en un mundo de mentira», publicado en El Mundo por Juanjo Becerra (30/04/2023)